Antoine Griezmann vuelve a perder otra oportunidad de lujo para echarse al FC Barcelona a sus espaldas. El francés, sin Leo Messi, tenía que ser el líder del equipo en Cornellà (0-2). Otro día más desaprovechó la oportunidad de demostrar su valía. Se volvió a esconder detrás de sus compañeros.
El exjugador del Atlético de Madrid, que llegaba a la cita tras marcar un doblete en la final de la Supercopa de España (2-3), se ubicó en la banda izquierda del ataque. Estuvo muy activo, pidiendo el balón e incluso tuvo algunas ocasiones para decantar la balanza. La más clara, a pase de Pjanic tras golpear una falta.
Eludiendo la responsabilidad (de nuevo)
Más allá de su actuación, Griezmann volvió a eludir la responsabilidad y a no asumir el liderazgo del equipo. Eso se notó sobre todo en los penaltis. Dejó que la primera pena máxima la disparara Miralem Pjanic, mientras que Ousmane Dembelé, el segundo. En las dos ocasiones, el portero Ramon Juan atajó el esférico.
Antoine Griezmann jugando contra el Cornellà en Copa del Rey / FC Barcelona
No es la primera vez que esto sucede. Contra el Eibar (1-1), otro encuentro sin Leo Messi, el francés dejó que el penalti lo disparara Martin Braithwaite. Se quedó contemplativo mientras el danés asumía la responsabilidad de los once metros. Como sucedió en Cornellà, también la falló.
Y es que no deja de sorprender como se esconde el 7, lanzador de penaltis de la selección francesa. Con los culés esta temporada ha chutado dos penaltis, ambos fallados. El primero, contra el Real Betis (5-2), lo atajó Claudio Bravo. El segundo fue en la tanda contra la Real Sociedad (1-1), mandándola a las nubes.
De difícil justificación
El compromiso de Griezmann con el equipo es indiscutible. Se desgasta, se ofrece y ayuda en defensa, pero no termina de dar el paso adelante como sí que demostró en el Wanda Metropolitano y con Les Blues. Si el domingo empezó a justificar los 120 millones de euros que costó con un doblete, este jueves perdió algo de crédito.