La situación económica del FC Barcelona es extremadamente delicada. El descenso de ingresos por culpa de la pandemia del coronavirus ha golpeado con fuerza a club blaugrana. La deuda asciende ya a más de 800 millones de euros. Y pese a la rebaja salarial acordada con los futbolistas, se necesitarán nuevas medidas para cuadrar los números.
La más rápida y directa será la venta de algunos jugadores que Ronald Koeman quiere fulminar. Ante el aplazamiento de las elecciones, la comisión gestora que preside Carles Tusquets, deberá ponerse de acuerdo con los tres candidatos oficiales a la presidencia para priorizar varias salidas y así minimizar el impacto de la pandemia. Y por qué no, poder aspirar a algún refuerzo.
Matheus Fernandes en un entrenamiento del Barça / EFE
El entrenador holandés, siempre sincero y contundente en las ruedas de prensa, no dudó en señalar directamente al jugador que podría salir en los próximos días del Camp Nou: Matheus Fernandes. "Es un jugador joven, como otros, que no tiene muchos minutos y lo mejor es que se busque minutos en algún otro lugar para jugar. Él ya sabe que eso es lo mejor para él", reconoció el técnico holandés.
El futbolista fantasma
También apodado el 'futbolista fantasma', ya que llegó en enero de 2020 pero no tuvo presentación, las oportunidades que ha tenido en el club blaugrana hasta el momento han sido mínimas. En concreto, el brasileño de 22 años solo ha jugado 17 minutos en el irrelevante choque contra el Dynamo de Kiev en Champions.
En el FC Barcelona llevan ya meses buscándole una salida. De hecho, en verano, tras regresar de su cesión en el Valladolid, ya se le intentó convencer de que lo mejor para su carrera era buscarse los minutos fuera, y seguir creciendo hasta tener un hueco en la plantilla blaugrana. No obstante, el brasileño rehusó estos consejos y se quedó para luchar por oportunidades. Sin embargo, meses después, está siendo evidente que no cuenta para Koeman. La mitad de enfrentamientos ni siquiera ha sido convocado.
El ex de Palmeiras parece que está cada vez más concienciado de que su etapa en el club culé debe acabarse. Al menos, de momento. Se trata de un centrocampista posicional por el que se pagaron siete millones más tres en variables. No obstante, le está penalizando su inexistente experiencia en el fútbol europeo. Una nueva cesión, incluso con opción a compra pero manteniendo parte de sus derechos, podría ser beneficiosa para ambas partes. Y en este contexto trabaja una secretaría técnica que ya tiene a su primer sentenciado este enero.