Ousmane Dembelé es de esos futbolistas que desesperan, por lo positivo y por lo negativo. El extremo es consciente de su calidad y de la capacidad de decidir los partidos y lo aprovecha para disfrutar del fútbol de una manera anárquica que hacía tiempo que no se veía en el Camp Nou.
Lleva desde principios de año asumiendo un rol importante en la delantera del Barça. Marcó contra el Eibar, pero destacó también contra Huesca, Athletic Club y Granada. Se ha asentado en le extremo derecho y es de los pocos delanteros con capacidad de transformar el partido en los últimos metros con sus regates y sprints.
Asumiendo el rol de Messi
Contra la Real Sociedad no estaba Leo Messi, que descansó tras tener molestias físicas. Desde la banda derecha asumió el rol de líder, pidiendo el balón e intentando generar ocasiones decisivas para decidir el partido. Lo intentó, regateó, disparó; pero no tuvo la suerte de encontrar el gol. A pesar de eso, actuación muy positiva del joven de 23 años.
Dembelé en una acción ofensiva contra la Real Sociedad / FC Barcelona
Aunque es un reproche que se le está haciendo desde que llegó a Barcelona, a Dembelé le sigue costando encontrar la mejor opción en los metros finales. Con su calidad, se enreda haciendo recortes y amagos y cuando quiere decidir ya es demasiado tarde. En muchas ocasiones, le van más rápido las piernas que su mente.
Pero de personalidad va sobrado. Le es indiferente quien esté a su lado, ya sea Messi, Greizmann o Braithwaite. Explota su velocidad siempre que puede y castiga los espacios de las defensas rivales, algo que también hace Ansu Fati, ahora lesionado. Ahora mismo, junto al argentino, es indiscutible para Ronald Koeman.
Tal es así que pese a terminar el encuentro visiblemente tocado, el entrenador holandés le dio la responsabilidad de lanzar el segundo penalti de la tanda. Y lo hizo a su manera. Por el posicionamiento del cuerpo apuntaba a disparar con la izquierda, hizo una carrera lateral para terminar chutando con la derecha. Gol que daba tranquilidad a los culés.
Los jugadores del Barça celebrando un gol de la tanda de penaltis / FC Barcelona
Buen estado físico
Dembelé terminó el partido quejándose de algunas molestias, pero todo apuntaba a unos calambres sin más. Quiso seguir en el terreno de juego, aguantando los 120 minutos, algo que hace unos meses parecía imposible. Se desgastó a fondo, se implicó en el juego del equipo y demostró, a diferencia de otros, que quiere seguir siendo titular en este equipo.