Pedro González López, alias Pedri, es magia pura. El destello de imaginación que anhelaba el Camp Nou desde que se marchó Andrés Iniesta el verano de 2018. Leo Messi no había tenido ningún socio así desde entonces.
Si bien es cierto que el astro argentino ha encadenado conexiones celestiales con Jordi Alba o Luis Suárez durante los últimos años, ese fútbol de jugones en dos baldosas no se veía desde hace mucho. Solamente Xavi Hernández y Andrés Iniesta fueron capaces de combinar así con Messi.
Salvando las diferencias, puesto que Pedri acaba de empezar a jugar en la élite y todavía tiene mucho por aprender y crecer, es obvio que la sonrisa del canario es en estos momentos el principal argumento para convencer a Messi de seguir en el Barça. Y el mejor ejemplo se vio este día de Reyes en San Mamés, con un regalo inolvidable.
Fue una obra de arte en toda regla. Una combinación majestuosa. Messi combinó con Pedri, autor del primer gol tras otra gran combinación con Messi y De Jong, y el crack canario, en un amago de pillo, arrastró a dos rivales y se sacó un taconazo para Leo, que recibió el balón con un hueco enorme para acariciar el balón con sutileza hasta el fondo de las mallas.
El portero del Athletic, Unai Simón, dejó un gran espacio descubierto y fue cómplice inevitable del gol, pero ello no empaña esa obra de orfebrería que recuerda a los mejores momentos del Barça de Guardiola. Todavía queda mucho para recuperar aquel nivel, pero hay destellos que de vez en cuando invitan a soñar.