El técnico del FC Barcelona, Ronald Koeman sigue en su búsqueda del sistema táctico que mejor encaje con su plantilla. A pesar de la victoria en Huesca (0-1), empezó el partido en el estadio oscense con un 4-2-3-1 para cambiarlo antes del descanso por un 4-3-3 y salir a la segunda parte con un 3-4-2-1.
En todos estos cambios tácticos, sólo hubo un denominador común: Pedri González como mediocentro adelantado. A pesar de lo caótico del sistema táctico del holandés, fue efectivo que los centrocampistas tuvieran llegadas al área desde la segunda línea para generar ocasiones del gol.
Ronald Koeman en el partido en Huesca / FC BARCELONA
Leo Messi perdió solvencia como extremo derecho en un principio, hasta que no se recolocó como mediapunta a partir del gol de Frenkie De Jong (27’). Martin Braithwaite volvió a jugar una vez más como puro ‘9’ en todos los escenarios que eligió Koeman. Y, a pesar de que tuvo ocasiones de gol a pase de Jordi Alba o de Pedri, no consiguió rematar y entró en su lugar Antoine Griezmann 10 minutos antes del final del partido.
La clave: el mediocampo y la defensa
El hecho de que Pedri reforzara el mediocentro junto a De Jong y Busquets permitió que toda la segunda línea pudiera subir más cerca del área pequeña del Huesca y participar más en la ofensiva. En detrimento del doble pivote que había empleado hasta ahora Koeman, el trio azulgrana del medio del campo funcionó tanto en ataque como en defensa.
Por otra parte, el técnico holandés volvió a optar mayoritariamente por cuatro hombres en la zona defensiva: Alba, Clément Lenglet, Ronald Araujo y Sergiño Dest. Quizás fue precisamente el estadounidense el menos favorecido de que los mediocentros subieran tanto al ataque.
Mingueza sustituyó a Dest en Huesca / FC BARCELONA
Dest no acabó de cuajar en un planteamiento táctico que le exigía mucho en su posición tanto en la ofensiva azulgrana como en la tarea defensiva. Es por eso que Sergiño fue el primer cambio que Koeman efectuó en el encuentro, para dar minutos a Óscar Mingueza (75’).