Ronald Koeman cambió de sistema contra el Valladolid (0-3) dejando de lado el 4-2-3-1 con el que parecía haberse casado este inicio de temporada. Y no, no volvió al 4-3-3 típico en el Barça, sino que apostó por un sistema de tres centrales dotando de libertad absoluta en ataque a los laterales.
En el eje de la defensa encontrábamos a Clement Lenglet, Ronald Araújo y Óscar Mingueza mientas Jordi Alba y Sergiño Dest actuaban de carrileros. Cuando los vallisoletanos atacaban estáticamente cerraban en línea de cinco, pero al atacar se convertía en un 3-4-2-1.
Sergiño Dest luchando un balón contra el Valladolid / EFE
Esta es la solución que decidió el holandés para cubrirse en defensa, pero potenciar las bandas en ataque. Sin Ansu Fati y Ousmane Dembelé, los teóricamente titulares en el extremo y con más desborde, apostó por dar más profundidad al equipo con carrileros. Ni Francisco Trincao ni Konrad de la Fuente tienen la confianza necesaria.
Las dos sorpresas del once fueron que se quedaron en el banquillo Antoine Griezmann y Philippe Coutinho, dos de las piezas que últimamente han ocupado las bandas. No son extremos puros y más que buscar el uno contra uno y la línea de fondo, apuestan por la combinación por dentro. El míster no quería que se generara un embudo como contra el Cádiz y optó para abrir el campo lo máximo posible.
Potenciar el medio del campo
En bandas se encontraban Alba y Dest pero también se potenció el centro del campo. Frenkie de Jong y Miralem Pjanic fueron la conexión entre defensa y ataque firmando un partido muy serio y compensándose. También brillaron en la mediapunta --con la libertad habitual-- Leo Messi y Pedri, los más decisivos del encuentro.
Leo Messi y Pedri celebran la magistral jugada de ambos que terminó en gol del astro argentino / FCB
Otro que salió beneficiado de este sistema Martin Braithwaite, solo en la punta de ataque, que aprovechaba la calidad de sus compañeros y los centros laterales para intentar atacar el arco de Jordi Masip. Marcó el segundo gol del encuentro y tuvo un par más en sus botas. Un nuevo sistema que convenció desde los primeros minutos.
¿Y si no se tiene la iniciativa?
El partido salió de cara para Koeman, pero cabe destacar que el rival era contra uno de los últimos clasificados de la Liga, el Valladolid, un equipo que no puede jugarle de tú a tú al Barça. Se controlaron muy bien los contraataques de los pucelanos, pero la gran duda está en si este sistema se puede repetir contra los clubes grandes como Juventus o Real Madrid, donde las contras se pagan muy caras.