Uno de los principales problemas del Barça de Koeman es la regularidad. El equipo no consigue cuajar buenas actuaciones de manera consecutiva y la actitud es el principal problema. Por otra parte, el estilo de juego del rival condiciona, de gran manera, el rendimiento culé.
Ante los equipos que le disputan la posesión de balón los blaugranas encuentran más fácilmente los espacios para hacer daño a la defensa rival. En contra, ante los equipos que se cierran atrás, el juego culé se estanca y, en muchas ocasiones, no consigue derribar el muro que forma el contrario.
El Barça prefiere jugar con espacios
Los partidos ante el Getafe (1-0), el Alavés (1-1) o el Cádiz (2-1) demuestran la incapacidad de los de Koeman para resolver encuentros frente a zagas que se cierran. En esos tres encuentros sumaron dos derrotas y un empate.
Los jugadores del Barça, celebrando un gol contra la Real Sociedad / FCB
Los culés no consiguieron emplear, en dichos encuentros, un juego vertical a través de la posesión de balón. Además, los rivales aprovechan su repliegue defensivo para acechar con los contraataques, algo que a la defensa culé le cuesta frenar.
Espejismo ante la Real Sociedad
El Barça cuajó un gran partido frente a la Real Sociedad. El equipo venció (2-1) y creó numerosas oportunidades de ataque. Asimismo, concedieron muy pocas oportunidades en contra gracias a una buena actuación de sus centrales.
A pesar de la buena actuación, es recomendable ser cautos. El partido ante el equipo vasco puede, o bien ser un punto de inflexión en la temporada, o bien, convertirse en un nuevo espejismo. En el curso pasado, el equipo dirigido entonces por Quique Setién, le ganó con solvencia y buen juego al Villareal (1-4) a domicilio.
Griezmann en una acción contra el Villareal / FCB
Ese encuentro significó un oasis en medio del desierto para los culés. No consiguieron mantener la continuidad de juego mostrado aquel día y la finalización de la temporada fue pésima con el fracaso en Champions ante el Bayern.