En el equipo blaugrana Ronald Koeman llegó con el respeto y la admiración de la plantilla, que veía en él una figura autoritaria. Sobre todo, tras el paso de los últimos entrenadores que no consiguieron ganarse la confianza de los jugadores.
Ni Ernesto Valverde, con su laxismo descontrolado, ni Quique Setién por su falta de experiencia, pudieron convencer al equipo. No obstante, el vestuario del Barça, después del tropiezo contra el Cádiz y el desastre ante la Juventus, empieza a cuestionar el sistema implementado (el famoso 4-2-3-1), hasta ahora inamovible, de Koeman.
Del miedo a la decepción
La indisciplina en los entrenamientos acabó con el fichaje de Koeman. Los jugadores incluso sentían pavor por la figura del excampeón de Europa con el Barça. Sin embargo, los resultados negativos en los últimos partidos han provocado que hasta los propios jugadores duden del técnico holandés.
De Jong, saludando a Ronald Koeman | EFE
Ter Stegen contestó a las palabras del entrenador, quien defendió a Leo Messi alegando que no había cometido errores individuales. El cancerbero alemán, tras la debacle ante la Juventus, declaró: “Una cosa son los errores individuales y otra cosa es la forma de defender colectiva. Son cosas muy diferentes y hay que separar una cosa de la otra”, lanzando un dardo, tanto a Koeman como a Messi.
El sistema cuestionado
Ronald Koeman no está demostrando, hasta el momento, mucha flexibilidad táctica al alinear constantemente el mismo sistema. Es fiel al sistema (1-4-2-3-1) que ya empleaba con la selección holandesa.
Messi en el partido ante la Juventus / EFE
Sin embargo, esta formación no se adapta del todo a los jugadores culés. Con jugadores como Philippe Coutinho, Leo Messi, o Antoine Griezmann, que tienden a meterse por dentro, el equipo genera un embudo. Por otra parte, con solo dos jugadores en el eje del mediocentro, tras pérdida el equipo sufre mucho en las transiciones defensivas.
Los jugadores, según el programa Que T’hi Jugues de la Cadena SER Catalunya, han mostrado su descontento por el aspecto táctico. Aunque eso sí, no rehúyen de su responsabilidad en el campo y aceptan las críticas del entrenador.