El FC Barcelona de Ronald Koeman se reencontró con la derrota en el Ramón de Carranza contra el Cádiz (2-1). Los andaluces son una de las sorpresas de la primera vuelta de la Liga y demostraron por qué. Aunque no tienen grandes nombres, supieron reducir las opciones de los azulgranas.
El tempranero gol de los de Álvaro Cervera explica en gran parte el trascurso del partido. En el minuto ocho, un buen córner desviado por un atacante amarillo terminaba con Óscar Mingueza rematando incomprensiblemente a su propia portería. Ter Stegen, haciendo uso de sus buenos reflejos, rechazaba el balón, pero Álvaro Giménez transformaba la diana.
A partir de entonces, los culés remaron y remaron sin gran éxito. Mucho juego horizontal, alguna tímida ocasión --como la de Leo Messi de falta--, pero los locales estaban encerrados en su campo y reduciendo muy bien los espacios. Eso explica, en gran parte, que el 81% de la posesión del primer tiempo fuera para los visitantes.
Leo Messi, lamentando una ocasión con el Cádiz / EFE
El argentino fue uno de los más activos del primer tiempo, ofreciéndose en el centro del campo, pero el embudo que propuso el Cádiz redujo mucho las opciones por dentro. Solamente se podría sorprender desde fuera o con centros laterales estériles, cómodos para los centrales.
Doble reacción en el descanso
Viendo cómo fue la primera parte, el holandés no dudó en hacer cambios en el descanso. Abocados a campo rival, decidió sacar a Mingueza y dar entrada a Pedri González. Frenkie de Jong pasaba a ser central con Lenglet y el canario se ubicaba como pareja de Sergio Busquets.
La segunda substitución fue Ousmane Dembelé por Philippe Coutinho, que no tuvo su día. El brasileño sigue buscando las sensaciones que tenía antes de su lesión. El objetivo de la entrada del francés era buscar el uno contra uno, desbordar en la banda y generar superioridad en los últimos metros.
Asedio constante
La segunda parte fue como un ataque duradero de balonmano, de costado a costado y buscando el espacio para armar el disparo. El primero que lo encontró fue Messi tras una buena combinación con Martin Braithwaite. Buena intervención de Ledesma y un aviso de los que vendría en los minutos posteriores.
Los jugadores del Barça celebrando el gol contra el Cádiz / EFE
Fue el capitán quien más lo intentó. Dembelé aportó un plus en ataque, pero ante el embudo que proponía el Cádiz era complicado encontrar portería. El tanto llegó en una de esas ocasiones. Pase del argentino a Jordi Alba, el lateral centraba y el esférico cruzaba la línea tras rebotar en un defensa.
Y el error letal del Barça
Cuando ya se olía la victoria de los culés, en el 63, llegó el jarro de agua fría. Un saque de banda de Jordi Alba a Clement Lenget hacia atrás terminaba con dudas del francés que la dejaba pasar hacia Ter Stegen. El alemán, dudaba ante Álvaro Negredo, éste le robaba el balón y marcaba a portería vacía. Gol psicológico difícil de remontar.
Es difícil colgar la etiqueta de culpable, pero todos los focos apuntaban al central francés, que dudó cuando más se necesitaba contundencia. El pase del lateral no fue el más indiciado, pero un defensa de su categoría no tendría que haber tenido problemas en sacar el peligro
Los jugadores del Cádiz celebrando el segundo gol contra el Barça / EFE
Hasta el último momento
Primero Dest y luego Messi --en numerosas ocasiones-- en los últimos 20 minutos lo intentaron una y otra vez. No se conformaban con la derrota, pero el ataque llegaba para ambos equipos. Ter Stegen volvió a aparecer para salvar el tercero de los gaditanos, a disparo de Iván Alejo. Un equipo que deja serias dudas en los momentos clave.