Ansu Fati tiene por delante unos meses complicados. El delantero de Guinea-Bisáu tuvo que ser operado el pasado 9 de noviembre, tras sufrir una rotura del menisco interno de la rodilla izquierda por una dura entrada del defensa del Betis, Aissa Mandi. Un contratiempo que le tendrá lejos de los terrenos de juego hasta, como mínimo, el mes de febrero.
No obstante, después de pasar varios días ingresado tras la operación, y otros tantos en casa haciendo reposo total, el delantero blaugrana ya está listo para empezar el trabajo de recuperación en la Ciutat Esportiva. Y pese a todo, no pierde la sonrisa.
Ansu Fati empieza su recuperación | IG
El joven futbolista mostró su primera imagen tras la lesión, aún con las muletas y la rodilla izquierda inmovilizada, pero con un mensaje optimista: “Countdown” (Cuenta atrás)". Ansu ha decidido cogerse de la mejor forma su primera mala noticia desde que llegó al primer equipo del Barça. Después de un año surrealista donde ha roto todos los récords de precocidad y se ha convertido en un fijo del Barça, ahora la joya culé deberá enfrentarse a su obstáculo más importante. Pero está dispuesto a hacerlo con ilusión y optimismo.
No es la primera lesión grave de Ansu Fati
En el FC Barcelona quieren que Ansu Fati se tome su recuperación con calma y paciencia. Su cuerpo está todavía desarrollándose, y no desean que este problema físico le provoque futuras recaídas. Su baja, de momento, no tiene por qué ser una hecatombe. El equipo tiene soluciones para sobrevivir sin él.
Y es que el de Guinea-Bisáu no es un jugador asiduo a sufrir grandes lesiones. Desde que llegó al primer equipo y antes de esta lesión, se había perdido apenas cinco partidos por problemas físicos. Sin embargo, sí es cierto que no es la primera lesión de gravedad que sufre en su todavía corta carrera.
En su etapa de infantil del Barça, con solo 15 años, ya sufrió una dura lesión. Un año para olvidar de Ansu Fati, que además esa misma temporada fue castigado por la FIFA sin poder disputar ningún encuentro. El 12 de diciembre de 2015, Ansu se enfrentó con el Infantil A al Espanyol, en un miniderbi en la Ciutat Esportiva Joan Gamper.
No obstante, no duró ni 30 minutos en el terreno de juego. En la primera mitad, cogió un balón en el centro del campo y puso la directa hacia portería con su rapidez y calidad habituales. Sin embargo, su acción quedó rápidamente interrumpida por una dura entrada de un jugador perico. Sus gestos de dolor y gritos anticiparon unos malos presagios que se confirmaron horas después en el hospital: tenía rotas la tibia y el peroné de su pierna derecha. No pasó por el quirófano, pero estuvo prácticamente un año entero recuperándose.
Una lesión que podría haber acabado con su carrera, como le ha pasado a muchos jugadores en formación, pero que en cambio le sirvió para ser un jugador más fuerte y con mayor determinación. Tres años después, es ya un fijo en el primer equipo del Barça y de la selección española. El ejemplo de que Ansu volverá más fuerte de la actual lesión.