No hay duda de que Ousmane Dembelé, en sus tres años como jugador del Barça, no ha sido capaz (todavía) de responder a las altas expectativas puestas en él. El club culé realizó una de las inversiones más importantes de su historia por un joven y veloz extremo francés (tenía solo 20 años), con un enorme potencial pero que todavía no había sido capaz de demostrar nada en Europa. Una apuesta arriesgada.
En total, la entidad azulgrana pactó con el Borussia Dortmund el traspaso de El Mosquito por 105 millones de euros fijos más otros 40 en posibles variables. Por tanto, como máximo y si se cumpliesen todos estos bonus, la cifra podría llegar hasta los 145 kilos. El segundo fichaje más caro de la historia del FC Barcelona.
Dembelé, lamentando una acción con el Barça | EFE
En este sentido, la cantidad que el cuadro catalán ha pagado a los alemanes por Dembelé ha ascendido ya hasta los 130 millones. En los últimos días, los culés ingresaron 5 kilos más al llegar el francés a los 75 partidos con la elástica azulgrana, según avanzó el rotatio alemán Kicker. Y es que uno de esos variables eran 5 millones más para el club germano por cada 25 partidos jugados por el extremo galo, hasta llegar a los 100 encuentros. Un pago que llega en el peor momento, con el club en números rojos a nivel económico y negociando una rebaja salarial con los deportistas.
Dembelé ha tardado más de lo esperado en llegar a esta cifra. Especialmente a causa de sus problemas físicos, con hasta nueve lesiones y con dos de ellas graves que incluso requerieron intervenciones quirúrgicas: una en el tendón del bíceps femoral del muslo izquierdo en 2017 y otra en el tendón proximal del bíceps femoral del muslo derecho en febrero de 2020. Ahora, parece que por fin las lesiones empiezan a respetarle.
Futuro incierto
Parece que por fin Dembelé está empezando a despegar en el Barça, tres años después de su fichaje. Dejando todas sus excentricidades lejos de su vida privada y respetándole las lesiones, está mostrando de una vez por todas muchas de las características por las que se invirtieron tantos millones por él: regates, velocidad, dominio de ambas piernas, gran definición de cara a portería y cada vez más confianza lo están convirtiendo en un arma determinante para el ataque culé.
Y lo hace en una temporada clave para su futuro. El francés acaba su contrato en 2022, y en el FC Barcelona no quieren que entre en su último año sin tener definida su continuidad. En el club azulgrana desconfían del extremo galo, y de que en su momento, opte por no renovar para marcharse gratis, y escoger libremente su futuro.
Por eso, le pondrán sobre la mesa un ultimátum el próximo verano: o renovación o venta. Para cualquiera de las dos opciones, El Mosquito necesita rendir al máximo nivel. Ya sea para marcharse a un club de primer nivel, o para conseguir unas condiciones favorables en una extensión. Pese a que con la débil situación económica del Barça, no será fácil. Su currículum no ayuda.