Nada más poner un pie en tierra este miércoles por la noche, el jugador más mediático del FC Barcelona, Leo Messi, fue preguntado por las palabras que el entorno de su compañero Antoine Griezmann ha pronunciado últimamente sobre él. Y el astro argentino explotó. A pesar de que siempre suele ser discreto ante la prensa, Messi ha adoptado el papel de víctima ante la polémica y ha dicho que está “cansado de ser siempre el problema de todo en el club".
Griezmann, celebrando con Leo Messi su gol ante el Alavés | FCB
Pero esta, ya no es la primera vez que el ‘10’ saca balones fuera. Tras la debacle ante el Bayern, culpó a Josep María Bartomeu por la falta de un proyecto sólido, a pesar de que él no estuvo a la altura en ese partido, al igual que ante otras grandes citas deportivas.
Con este tipo de declaraciones, Messi intenta allanar su camino para marcharse del Barça. Quiere justificar que es una víctima de los últimos desastres del Barça, disparando a la gestión mientras estaba la directiva y a otro lado ahora que ya no están. En el Manchester City siguen de cerca su situación, y Pep Guardiola lo quiere ya para el próximo año, incluso para enero, según algunos medios ingleses.
Griezmann intenta salvar la situación
Por su parte, Griezmann ha intentado calmar la tensión respecto a esta polémica. El francés ha dicho públicamente que no habla con su ex agente, Eric Olhats, quién despotricó sobre Messi, desde 2017. Su relación no acabó bien y ahora sus asuntos legales los lleva su hermana. Por lo tanto, El Principito confirma que Olhats ha hablado sobre Messi según su criterio, o incluso con idea de hacerle año, pero no porque se lo haya dicho Griezmann.
Messi y Griezmann abrazados en la celebracion de un gol contra el Betis / Redes
En esta misma línea, el tío de Griezmann, Emmanuel Lòpes, trató de matizar sus palabras este miércoles: "Yo hablé sobre lo que dijo de que los entrenamientos eran más fáciles en el Barcelona que con el 'Cholo' Simeone y que trabajan muy poco. Creo que Messi estará enfadado con Griezmann por mis palabras". Pero estas disculpas a medias no han calmado el ánimo de Messi y el lío ya está montado.
El quebradero de cabeza lo tiene ahora el Principito. Que tras un primer año donde su adaptación no fue fácil porque todo el mundo en el Camp Nou sabe que Messi no quería a Griezmann, sino a Neymar, ahora que parecía que se llevaban mejor le toca nuevamente volver a remar para asegurarse que no se deteriora una relación que será clave para su engranaje en el equipo. Algo en lo que ayudó mucho uno de los que ya no están, Luis Suárez.