El FC Barcelona atropelló al Real Betis (5-2), pero dejó sensaciones agridulces, sobre todo en el primer tiempo antes de que saliera Leo Messi. Se crearon muchas ocasiones, pero solamente pudo transformar en gol su disparo Ousmane Dembelé antes del descanso.
El argentino y Ter Stegen fueron los más destacados del encuentro, pero también cabe comentar el rendimiento de Sergi Roberto. El lateral derecho volvió a demostrar su irregularidad como nos tiene acostumbrados en este inicio de temporada, fue capaz de lo mejor y de lo peor.
Dos asistencias de lujo
Con un hombre menos de los visitantes en el segundo tiempo, el Barça dio un paso adelante en ataque. El de Reus fue clave para matar el partido. En el minuto 82 asistió a Leo Messi con un clarividente golpe de tacón, que dejó al delantero solo delante de Claudio Bravo. Cuarto gol y tranquilidad absoluta.
Asistencia de Sergi Roberto a Leo Messi contra el Betis / Redes
También fue decisivo en el quinto y último gol. Puso un tenso centro al área. Martin Braithwaite no llegó al remate, pero sí que lo hizo Pedri González, que remató a placer sin portero. Dos asistencias de lujo, las primeras de la temporada, importantes para evitar el sufrimiento.
Aunque no es un lateral puro, queda claro que es uno de los jugadores de la primera plantilla con más físico y desgaste. Pese a sufrir en defensa, no dejó de atacar --mucho más en la segunda parte-- y es que quiere hacerse suyo el sitio. Esta temporada tiene la dura competencia de Sergiño Dest.
Sufriendo en defensa
No se le puede culpar de todas las ocasiones de la banda izquierda del ataque verdiblanco, pero Sergi Roberto sufrió demasiado en su banda. Con un Ousmane Dembelé contemplativo, tuvo que afrontar contantemente dos contra uno. Tanto Cristian Tello como Álex Moreno fueron un auténtico dolor de cabeza.
Álex Moreno atacando en el Barça-Betis / EFE
De hecho, los dos tantos del Real Betis llegaron desde esa zona con dos pases de la muerte que la defensa no pudo sacar. Como es normal, no pudo contener él solo el peso defensivo de toda la banda derecha. Ni el galo ni Francisco Trincao en la segunda parte le ayudaron demasiado y lo notó en exceso.