Antoine Griezmann se sacó este sábado un peso de encima. El delantero francés pudo ver portería contra el Real Betis (5-2) y rebajar un poco los ánimos de los más críticos con él. Pese al gol, en la primera parte tuvo hasta cuatro ocasiones claras para hacerlo: tres de jugada y una de penalti.
El 7 disparó tres veces fuera del arco cuando un delantero de este nivel, sólo como se encontraba, lo normal es que el balón vaya entre los tres palos. En cuanto a la pena máxima, la disparó muy centrada, a asegurar, y se encontró con las manos de Claudio Bravo. Desesperación que luego tuvo su premio.
En el segundo tiempo, se alivió. Un centro raso de Jordi Alba desde la banda, la dejó pasar Leo Messi firmando indirectamente una asistencia y despistando a toda la defensa visitante y Griezmann definió a placer sin portero. Celebración con rabia antes de irse con la selección francesa.
Muchas ocasiones, pocos goles
No será por ocasiones que el delantero francés no haya marcado goles. Parece ser más un tema mental que futbolístico. Los movimientos son correctos, tiene opciones reales de gol, pero sus disparos no suelen encontrar portería. Podemos contar hasta ocho ocasiones muy claras este curso que han terminado sin subir al marcador.
Esta temporada ha disputado nueve partidos, siete de Liga y dos de Champions League. Estuvo desaparecido, sin apenas participación, contra el Villarreal, el Celta de Vigo, el Getafe y el Real Madrid, donde solamente jugó ocho minutos en la segunda parte cuando el encuentro estaba sentenciado.
Griezmann en el partido contra la Juventus / EFE
Sí que vio portería este sábado contra el Real Betis y contra el Deportivo Alavés, partido que les sirvió para poner fin a una nefasta racha de cuatro meses sin marcar con la camiseta azulgrana. El último gol tenía fecha del cinco de julio, cuando anotó esa bonita vaselina contra el Villarreal en el Madrigal.
La estadística es demoledora. Suma dos goles en nueve partidos, uno cada 220 minutos de juego. Hay algunas jugadas muy criticables, pues es más normal que vayan adentro que no que salgan fuera. Contra el Sevilla falló dos mano a mano contra Bono, mientras que contra el Dinamo de Kiev solo la tenía que empujar y malbarató la ocasión.
Más desesperante fue en Turín, donde envió dos balones al palo contra la Juventus y este sábado contra el Real Betis fue la guinda del pastel. Antes del gol, erró tres ocasiones bastante claras y un penalti que le atajó Claudio Bravo. Al final, a puerta vacía, pudo resarcirse un mínimo.
Clave para Koeman
Pese a los problemas evidentes con el gol, sigue siendo clave en los esquemas de Ronald Koeman. Sorprendió su suplencia contra el Real Madrid, pero después de ese toque de atención sigue siendo titular, normalmente como delantero centro. Sus actuaciones, goles aparte, convencen al cuerpo técnico.
Ronald Koeman, dando instrucciones a un suplente Griezmann | EFE
Ahora, con Ansu Fati lesionado, se espera que de un paso adelante. Después de la jornada de selecciones, llegarán partidos importantes como contra el Atlético de Madrid o el Dinamo de Kiev en Ucrania. Con un Leo Messi ya recuperado, ahora el objetivo es que vuelva el mejor Griezmann.