Ya era hora. Al fin, después de muchos partidos donde se sucedían tormentas de oportunidades de gol en los partidos del FC Barcelona, llegó el tan ansiado acierto. Los jugadores del Barça afinaron la puntería en la novena jornada de Liga, no sin otros 45 minutos de mucha dificultad. El Betis de Manuel Pellegrini pagó los platos rotos en el Camp Nou (5-2).
Ronald Koeman volvió a sorprender con una apuesta arriesgada y valiente. Nadie lo esperaba, aunque en la previa del choque ya dio alguna pista: Leo Messi se quedaba en el banquillo. Con Pedri, Dembelé, Ansu Fati y Griezmann como cuarteto de ataque, los azulgranas tenían la obligación de ganar y lo hicieron, no sin cierto sufrimiento.
En el primer tiempo no había manera de acertar entre los tres palos defendidos por el exblaugrana Claudio Bravo, que se abrazó con Ter Stegen al descanso. Imagen preciosa entre dos colegas que mantuvieron una competencia sana a la par que feroz por la titularidad del Barça entre 2014 y 2016 que terminó con el fichaje del meta chileno por el Manchester City. Nuevamente juntos en el Camp Nou, ambos demostraron lo pequeña que pueden hacer que parezca una portería.
El suplicio de Griezmann
El que más diminuta la veía era Antoine Griezmann. El crack francés fue el protagonista negativo de la primera parte. Pero no por la invisibilidad que a menudo se le echa en cara, sino por su nuevo mal endémico: no hay manera que dispare entre los tres palos. Últimamente es el futbolista que está generando las ocasiones más claras, pero ese aura negativa que siempre rodeó su fichaje por el Barça parece empeñada en que las falle todas.
Griezmann dedica a Messi su gol contra el Betis / FCB
Lo que le pasó al galo en el primer tiempo fue un auténtico suplicio. Minuto 5, se queda solo ante un Claudio Bravo descolocado y apura tanto el lanzamiento que sale fuera rozando el palo derecho. Minuto 10, situación de contragolpe, remate escorado de Griezmann y nuevamente fuera, pegada al palo, por el mismo lado. Minuto 25, taconazo de Pedri y disparo de Griezmann al palo izquierdo. Fuera. El súmmum de su desacierto llegó en el minuto 32. Penalti provocado por Ansu Fati. Piqué le quita el balón a Jordi Alba para que lo lance Griezmann y el ariete francés, falto de confianza, lo lanza flojo y no demasiado escorado, fácil para la parada de Bravo. Parecía que iba a ser otra noche aciaga para El Principito.
Golazo de Dembelé
Por fortuna para los culés, el imprevisible Dembelé tuvo el día relativamente acertado. Capaz de lo mejor (sus recortes y velocidad) y lo peor (sus centros a las nubes y decisiones desconcertantes) cómo ningún otro futbolista, el rayo galo se sacó una jugada de genio de la chistera y tras un recorte fenomenal soltó un zurdazo demoledor que dejó temblando la portería de Bravo. Y no sería el último tembleque…
Las sensaciones eran muy buenas, a pesar de que la verticalidad que propone Koeman hace temblar a menudo los cimientos defensivos de tres jugadores lentos como son Busquets, Piqué y Lenglet. Ello provocó que Ter Stegen tuviese que lucirse en distintas ocasiones hasta que, al filo del descanso, fue incapaz de evitar el tanto del empate, obra de otro exblaugrana como Toni Sanabria (’48), que no celebró el gol.
Vuelve el mejor Messi
En el segundo tiempo, Koeman reaccionó como suele, raudo y contundente: Leo Messi volvía al terreno de juego sin molestias en el tobillo y con mucha magia para repartir. En seguida se hizo amo y señor del partido, gobernando con la clase que atesora el mejor del mundo. Sin duda, el banquillazo le sentó de maravilla.
Messi, Griezmann y Pedri celebran sus goles al Betis / EFE
En una de las primeras intervenciones del 10 dio una falsa asistencia a Griezmann que terminó con la agonía del galo (2-1). Posteriormente, fulminó a Bravo desde el punto de penalti (3-1), mostrando al galo cómo se lanza desde los 11 metros. Y un poco más tarde anotó otro trallazo contra Bravo (4-2) y se desquitó con su primer gol de jugada en lo que va de curso. Firmó el hat-trick, pero se lo anularon.
Y Pedri puso la 'manita' con su segundo gol
Entre medias el Betis trató de oponer resistencia con un gol de Loren Morón, que aprovechó una gran asistencia de Álex Moreno. Jugadorazo que fichó el Betis cuando el Barça le birló al bueno de Junior Firpo, casi inexistente en los planes de Koeman.
Por último, Pedri González redondeó la goleada y puso la ‘manita’ aprovechando un buen centro medido de Sergi Roberto. Es el segundo gol del genio canario esta temporada.
Partidazo del Barça de Koeman que supo sufrir y, por fin, aprovechó la avalancha de ocasiones generadas. Este es el camino. Ahora toca descansar durante el parón de selecciones para volver con fuerza contra el Atlético de Madrid de Luis Suárez.