Leo Messi sigue preocupando a gran parte de los aficionados del FC Barcelona. Es el líder del equipo sobre el césped, genera muchas ocasiones, pero sigue gafado de cara a portería. Este miércoles, ante un Dinamo de Kiev (2-1) que llegaba en cuadro debido a los casos de coronavirus, solamente pudo marcar desde el punto de penalti.
El argentino fusiló a Neshcheret en el minuto cinco desde los once metros. Y es que el joven ucraniano le frustro varios tantos más como un buen disparo de falta, entre otras ocasiones. También malbarató disparos de Antoine Griezmann y de Ousmane Dembelé. Los protagonistas estuvieron bajo palos.
Cara y cruz
Con el tanto de Messi contra el Dinamo, el capitán ya suma tres partidos consecutivos marcando en Champions League, aunque los tres goles han sido desde los once metros. Es el primer jugador en toda la historia en hacerlo y sus últimos cinco goles, en club y selección, han sido de penalti. Parece que está asumiendo más el papel de pasador que el de killer.
La parada de Neshcheret a Messi / EFE
El argentino también celebró este miércoles una cifra redonda. Era su 150 partido en competiciones UEFA, 146 en la Champions y cuatro en la Supercopa de Europa. El número de goles nos demuestra la magnitud de la leyenda: 121 tantos en total. Debutó hace 17 temporadas contra el Shakhtar Donetsk y ya suma siete títulos europeos (cuatro Champions y tres Supercopas).
Como dato negativo, sigue preocupando su rendimiento de cara a gol. Suma 967 minutos seguidos sin marcar de jugada en partido oficial. Desde el 8 de agosto contra el Nápoles de la temporada pasada (3-1), donde marcó de jugada, que no ve portería a no ser que sea de penalti.
La imagen de la discordia
En la segunda parte del partido contra el Dinamo de Kiev se produjo una imagen que no ha sido bien recibida por parte de los aficionados azulgranas. En ella, se ve a Messi andando tranquilamente en la línea de medios mientras que un central de los visitantes le pasaba por al lado con el balón. El 10 no hizo ni el más mínimo gesto de ir a la presión.
Los últimos minutos del Barça contra los ucranianos fueron muy decepcionantes. Vieron portería y los culés terminaron pidiendo la hora al colegiado. Suerte que Marc-André Ter Stegen volvió muy en forma y salvó al equipo de varias ocasiones claras de gol. Un partido con más sombras que luces.