Quique Setién soltó la bomba al reconocer que "Leo Messi no es un jugador fácil de llevar". La experiencia de los diferentes técnicos que han pasado por el Camp Nou durante la etapa del argentino en el Barça han evidenciado que tratar con el 10 no es sencillo. El entrenador santanderino no es el primero que ha mostrado ciertas reticencias a la hora de coincidir en el vestuario junto al mejor jugador de la historia del club culé.
Tata Martino también constantó el desorbitado poder de Messi en la entidad azulgrana. "Ya sé que si usted llama al presidente me echa, pero coño, no hace falta que me lo demuestre todos los días. Ya lo sé", le decía el Tata al astro de Rosario en su etapa en el FC Barcelona.
El Tata Martino, dirigiendo a Messi en su etapa en el Barça | EFE
No obstante, no menos cierto es que gran parte de los entrenadores sí han encontrado la manera de entenderse con el crack culé. Rijkaard fue capaz de manejar su increíble irrupción, con solo 19 años, con tranquilidad y de forma sigilosa. Lo mimaba de puertas adentro.
Posteriormente, llegó Pep Guardiola, que lo sedujo con decisiones extradeportivas (lo dejó ir a los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 cuando el Barça de Laporta estaba jugándose el futuro en una previa de Champions) y revoluciones tácticas, incrustarlo en el Bernabéu como falso nueve, que le dieron una nueva dimensión en su carrera. "¿Mi mejor entrenador? Guardiola", confesó Messi años después. Uno de los grandes motivos por el que le atrae la opción del Manchester City.
Leo Messi y Pep Guardiola, en una imagen de archivo | REDES
Al de Santpedor le sustituyó un Tito Vilanova que tuvo una relación inquebrantable con Leo. Lógico, teniendo en cuenta que se conocían desde su etapa como cadete en La Masía. Tras la negasta gestión de Tata Martino, llegó un Luis Enrique que no tuvo excesivos problemas con Messi. El argentino disfrutaba en el campo junto a Neymar y Suárez, y nada le podía bajar de esa nube. Antes de Setién, apareció el tacto de Valverde, un técnico que gestionó el Barça sin la MSN, y acabó ganándose el respeto del capitán.
Koeman se gana poco a poco al vestuario
Ronald Koeman sabe que ganarse la confianza de Messi le da muchos argumentos para continuar muchos años en el Barça. Y si afianzan su relación, posiblemente también habrá más opciones de que el argentino renove su contrato. Sin embargo, el holandés está intentando llegar al capitán de una forma distinta a la que lo hicieron su predecesores.
Messi y Koeman se abrazan al final del partido en Turín / REDES
Mensaje frontal, directo, reuniones semanales... pero sobre todo, exigirle cuando sea necesario pero también defenderle de todos los ataques externos. Como demostró al responder a las declaraciones de Setién con un "para mí Leo no es de los jugadores más difíciles de llevar. Es el capitán y yo hablo cada semana con él sobre cosas del campo y del vestuario para tener una buena relación", reconoció.
No es el primer gesto de Koeman que ha deleitado al vestuario. Tuvo también el detalle de cuidar a los nuevos fichajes, creando parejas con pesos pesados del vestuario. En este sentido, por ejemplo, Frenkie de Jong se encarga de Dest, ambos ex del Ajax. Busquets enseña a Pjanic las claves del fútbol azulgrana. Riqui Puig forma un extraño tándem junto a Trincao, mientras que Ansu Fati y Pedri han creado una muy buena relación gracias a esta estrategia.
Ronald Koeman dirigiendo una sesión de entrenamiento /FCB
Finalmente, la plantilla culé también ha agradecido al técnico holandés que pidiera que Iñaki Peña tuviera taquilla con foto y con todas las características del primer equipo, pese a no tener todavía contrato oficial con los mayores. Es el portero con más futuro del club azulgrana, y el entrenador quiere cuidarle. Un trato con las promesas que le pueden convertir en un guía especialmente acertado para liderar la revolución del Barça.