Ronald Koeman se marchó eufórico del terreno de juego del Juventus Stadium. El FC Barcelona logró un importante triunfo en Turín para encarrilar la primera posición del grupo. A priori, Dínamo de Kiev y Ferencvaros no deberían ser rivales para culés ni italianos, por lo que la victoria de este miércoles en la capital del Piamonte puede haber sido decisiva.Más allá de los tres puntos, el equipo azulgrana ofreció una muy buena imagen en tierras transalpinas. Llevó el ritmo del encuentro la mayor parte del tiempo, minimizó las virtudes del cuadro bianconero y mereció ganar por un resultado más amplio que el 0-2 final.
A Koeman le sobraron razones para marcharse contento.
Cabreo con Ansu
Sin embargo, no todo fue alegre para el preparador neerlandés en el partido de este miércoles. El héroe de Wembley se cabreó con Ansu Fati cuando el duelo con la Juventus ya estaba acabando. Por primera vez en toda la temporada, el joven delantero falló a la hora de finalizar una jugada del FC Barcelona.
Ronald Koeman, en una rueda de prensa con el Barça | FCB
Se plantó completamente solo ante Szczesny y, cuando lo tenía todo a favor para disparar a puerta y anotar el 0-3 definitivo, levantó la cabeza y quiso regalar el gol a Martin Braithwaite. El delantero danés estaba desmarcado, pero el futbolista español falló en el pase y mandó el esférico directamente fuera.
Esa acción provocó el cabreo de Ronald Koeman. El técnico neerlandés no comprendió la decisión que había tomado Ansu y lo lamentó, pues un tercer gol hubiera supuesto la sentencia definitiva del partido.
En derecha
Más allá de ese alarde de generosidad, Ansu volvió a ser protagonista. Entró desde el banquillo reemplazando a Dembelé y se ubicó en la banda derecha, una demarcación nueva para él. No se le vio tan cómodo como en la izquierda ni en la punta de ataque, pero le bastó para ser decisivo provocando el penalti del segundo gol.
Leo Messi, celebrando su gol ante la Juventus | EFE
Recibió en el vértice del área y, cuando se disponía a encarar a Danilo, Bernardeschi lo embistió por detrás. El colegiado no dudó ni un segundo y señaló inmediatamente los once metros. Messi, infalible desde hace años, convirtió el 0-2.
La generosidad de Ansu Fati sorprendió a propios y extraños. Nadie esperaba que tratara de regalar el gol a Braithwaite. Sea como sea, el joven delantero volvió a completar un encuentro notable y fue decisivo de nuevo.