El dia después de la dimisión de Josep María Bartomeu, el Barça protagonizó uno de los mejores partidos de los últimos meses y se impuso a la Juventus en Turín (0-2). El conjunto azulgrana protagonizó un choque portentoso. Dominó a la Vecchia Signora desde el primer minuto, gracias a un juego coral y al compromiso de sus delanteros.
Dembelé premió las grandes sensaciones del cuadro catalán con el primer gol del partido, en un disparo afortunado que tocó en un defensa. En la segunda mitad siguó el dominio atronador de los hombres de Koeman, pero no acababa de llegar el segundo. Y la Juve, a la que no puedes dar nunca por muerta, metió el susto en el cuerpo a los visitantes con un gol de Morata, que anuló el VAR por fuera de juego.
Sin embargo, finalmente el buen juego del FC Barcelona sí tuvo premio. Leo Messi en el descuento, y de penalti, rubricó la victoria azulgrana en Turín y dio un paso de gigante para clasificarse como primeros de grupo. Golpe de autoridad de un Barça que demostró que la crisis institucional y la dimisión de Bartomeu les ha sentado como un soplo de aire fresco.
Golpe de autoridad del Barça
El Barça llegaba al Juventus Stadium en busca de una gran noche europea, que le sirviese también de medicina tras la derrota en el clásico. Koeman sorprendió al hacer rotaciones e incluir a Griezmann y Dembelé en el once inicial. El técnico azulgrana ofreció su confianza a los dos franceses, en un partido importante con el que podían dar un paso de gigante en la Champions League.
Los jugadores culés empezaron el choque visiblemente comprometidos y jocosos sobre el terreno de juego. Seguramente, la dimisión de la directiva de Josep María Bartomeu potenció este júbilo. E intentaron demostrar su autoridad desde el primer minuto del enfrentamiento. Griezmann estuvo cerca de adelantar al cuadro azulgrana en su primera aproximación, pero su disparo se marchó al palo. Sigue la maldición de El Principito.
Por momentos, el encuentro enloqueció, con ambos conjuntos en busca del gol de forma vertical. No obstante, siempre daba la sensación de que los hombres de Koeman tenían el partido justo donde querían. Las ocasiones llegaban especialmente del Barça, que desaprovechó hasta seis acciones claras ante la portería de Szczesny. La autoridad del conjunto culé era aplastante en el juego.
Ousmane Dembelé, celebrando su gol contra la Juventus | EFE
Y se confirmó también en el marcador gracias al gol de Ousmane Dembelé. El extremo galo se desató en los primeros 45 minutos jugando por la derecha. Regateó, desbordó, cambió el ritmo en numerosas ocasiones... y fue protagonista al anotar el tanto culé, gracias a un disparo desde la frontal que desvió un defensa de la Vecchia Signora.
Tras el tanto, siguió el dominio culé. Solo Álvaro Morata aprovechó en diferentes momentos la poca contundencia defensiva azulgrana para provocar peligro. No obstante, la mayoría de acciones llegaron en posición de fuera de juego. El FC Barcelona se marchó al descanso con sensaciones más que positivas, pero con la sensación de haber desaprovechado la opción de matar el encuentro en la primera mitad.
La insistencia tienen premio
La segunda parte empezó con una notícia negativa para el Barça. Ronald Araújo tuvo que ser sustituido por molestias, y obligó a Koeman a improvisar una defensa con De Jong de central. No obstante, este imprevisto no cambió el planteamiento de los culés.
El juego coral del cuadro azulgrana les permitió seguir dominando el choque, e incluso les dio la oportunidad de gustarse en uno de los estadios más intimidantes de Europa. Las ocasiones seguían sucediéndose, pero el segundo no acababa de llegar. A parte del buen juego, la falta de pegada del FC Barcelona también quedó de manifiesto en tierras lombardas.
Sin embargo, ante la Juve no puedes relajarte ni un segundo, pese a ser infinitamente superior. Morata metió el medio en el cuerpo al equipo catalán con un gol que fue anulado posteriormente por el VAR. Pero evidenció que si perdonas, puedes acabar pagándolo. Por suerte, esta vez la tecnología sí favoreció al Barça.
Leo Messi, en una acción ante la Juventus | EFE
Ante una Vecchia Signora dedicando la mayoría de sus esfuerzos en busca del empate, el conjunto azulgrana encontró todavía más opciones al contraataque. Y todavía se puso el triunfo más de cara con la expulsión de Demiral. Tras ese momento, el conjunto culé no se obsesionó en encontrar el segundo, sino en mantener la posesión. Y en eso, el Barça sí se desató con muchos de los peloteros como Messi, Pedri, Griezmann o Pjanic en el terreno de juego.
Finalmente, la insistencia y el buen juego culé tuvo premio. Leo Messi en el descuento, y de penalti, rubricó la primera victoria azulgrana en Turín y dio un paso de gigante para clasificarse como primeros de grupo. Golpe de autoridad de un Barça que demostró que la crisis institucional y la dimisión de Bartomeu les ha sentado como un soplo de aire fresco.