El FC Barcelona dejó escapar la victoria en el primer clásico de la temporada ante el Real Madrid (1-3). El conjunto azulgrana demostró que la reconstrucción va por buen camino, con minutos importantes de jugadores como Ansu Fati, Sergiño Dest o Pedri. Sin embargo, ante este Real Madrid no puedes relajarte. Porque ya sea por su flor, o por la inestimable ayuda del arbitraje, los blancos siempre acaban dando la cara.
Los hombres de Koeman protagonizaron un encuentro con más luces que sombras, liderados por un Messi estelar. No obstante, no estuvieron certeros de cara a portería, y el cuadro madridista lo aprovechó. Los blancos se llevaron un exagerado premio haciendo muy poco. Limitándose a defender y a buscar el contraataque, y a la vez esperar que el VAR hiciese de las suyas. Una estrategia que le funcionó a la perfección al equipo entrenado por Zidane.
Leo Messi, rodeado por rivales del Real Madrid | EFE
Pese a la derrota, el Barça puede sacar notables conclusiones positivas del choque. Al final, son solo tres puntos pérdidos en octubre, con todavía gran parte de la Liga por disputar. No obstante, también hubieron evidentes carencias que el técnico holandés tendrá que pulir a lo largo del curso. Una de ellas, el rendimiento de Sergio Busquets.
Busquets ya no está para el Barça
Busquets fue uno de los jugadores que no formó parte de la renovación de la plantilla el pasado verano. Sin embargo, en el primer partido exigente de Koeman, demostró que no tiene el perfil ni el nivel para ser importante en este Barça. De un error suyo surgió el primer gol madridista.
Se mantuvo imperceptible en todo el tiempo que estuvo en el terreno de juego. No participó en la presión, y tampoco estuvo acertado en la salida de balón. Un auténtico desastre. De Jong le dio una auténtica clase de cómo jugar en el doble pívote, una posición a la que no está acostumbrado a jugar.
Busquets, en el clásico ante el Real Madrid | EFE
Y cuando el partido se rompió con el segundo gol blanco, Busquets todavía estuvo mucho más desorientado. El canterano es un jugador de contexto. Y cuando lo quitas del 4-3-3 y apuestas con un juego más veloz y vertical, es una pieza errónea que hace fallar todo el mecanismo. Mucho tardó Koeman en sustituirlo en la segunda mitad. Eso sí, para dar entrada a todos los delanteros posibles. Lo que demostró que la plantilla todavía no dispone de un relevo de garantías para un Busquets que cada vez desentona más en este nuevo Barça.