Al FC Barcelona de Ronald Koeman le espera una semana decisiva, tanto a nivel deportivo como institucional. Siete días donde se podría definir el futuro del club culé en todas las competiciones, y también en el palco. El primer reto será el próximo martes, en el estreno en Champions ante el Feréncvaros húngaro y en un Camp Nou todavía vacío.
A priori, se trata de un choque ante la cenicienta del grupo, donde los culés son infinitamente superiores. Un partido donde el técnico holandés se puede permitir el lujo de plantear rotaciones y dar descanso algunos de sus pesos pesados. Pero sin descuidarse. El cuadro catalán no se está mostrando especialmente fiable en los últimos enfrentamientos, y en Europa todos los equipos pueden darle un susto. Y más con la debacle ante el Bayern de Munich muy reciente, y los fantasmas de Lisboa todavía en el aire.
Los jugadores del Barça lamentan su derrota contra el Getafe | EFE
Posteriormente, el sábado a las 16:30 horas, un horario que favorece la retransimisión en los países asiáticos, llegará el primer clásico de la temporada en Barcelona. Posiblemente el choque entre Barça y Real Madrid más indolente de los últimos años. Lejos quedan ya los clásicos de principios de década, donde ambos eran superpotencias no solo en España, sino en todo el mundo.
Es evidente que culés y madridistas no llegan en su mejor momento, ni mental ni físicamente. Han demostrado poca fiabilidad. Pueden ser capaces de lo mejor y de lo peor en cada encuentro, y los rivales no les tienen miedo. Todos se ven con la opción de sacarles un resultado favorable, y eso convierte esta edición de la Liga en una de las más abiertas de los últimos años. Una semana con dos partidos decisivos, que pueden hacer reflotar al FC Barcelona de Koeman; o, en cambio, podrían generar las primeras dudas importantes del proyecto del holandés.
Tensión con la redistribución salarial
Por otra parte, será también siete días clave a nivel institucional. El club azulgrana sigue trabajando en una redistribución salarial a todos sus empleados y deportistas, con la que intentará ahorrarse cerca del 30% de los gastos de este curso. Sin embargo, el vestuario no está por la labor de facilitar esta medida.
Bartomeu comunicó a los futbolistas la creación de una mesa de negociación que se extenderá hasta el jueves 22 de octubre. Si no hay acuerdo, se pondrá en marcha un proceso legal que durará dos semanas. Si aún así no se ha llegado a una determinación común, la directiva azulgrana afrontará la rebaja salarial de forma unilateral.
Bartomeu, hablando con Piqué en un entrenamiento | FCB
De momento, parece más que complicado que puedan llegar a un denominador común con los futbolistas. Gran parte del vestuario comunicó a Bartomeu el rechazo a esta redistribución, ya que creen que merecen y necesitan una mesa de negociación distinta a los empleados. Ahora, es el club el que debe dar respuesta a la plantilla.
Conflicto con la Generalitat por el voto de censura
Asimismo, la junta directiva de Josep María Bartomeu también está a expensas de lo que pueda pasar con el voto de censura. De momento, el club azulgrana envió a la Generalitat un protocolo para que se pudiese realizar la votación durante dos días (1 y 2 de noviembre) en hasta 21 sedes distintas, para respetar siempre las medidas sanitarias.
También se envió al máximo organismo catalán el plan de la entidad para que, progresivamente, empezase a entrar afición al Camp Nou en los partidos de Champions. La Generalitat de Catalunya de momento no ha ofrecido respuesta oficiala ninguno de los dos temas, ya que están a expensas de cómo evolucione la pandemia del coronavirus.
Josep María Bartomeu, en una imagen de archivo | EFE
La situación sanitaria en estos momentos es urgente en todo el territorio. Los casos no dejan de crecer, y cada vez hay más medidas para evitar el movimiento y las aglomeraciones. Lo que podría provocar que el órgano catalán rehusase ambos protocolos. Lo que está claro es que estamos ante una semana decisiva en el FC Barcelona, en todas las esferas.