El pasado lunes cinco de octubre se puso fin a un mercado de fichajes inédito. Debido a la crisis económica provocada por el coronavirus no hubo tantas operaciones como nos habían acostumbrado en años anteriores. Ejemplo de ello fue el FC Barcelona que en verano solo pudo cerrar el fichaje de Sergiño Dest.
Hasta el último momento se barajaron dos nombres para reforzar la plantilla de Ronald Koeman: Éric García y Memphis Depay. El entrenador no ocultaba que eran de su gusto aunque finalmente, por diferentes motivos, ninguno de los dos pudo aterrizar al Camp Nou.
Éric, la primera opción
Según ha podido saber Culemanía, el central el Manchester City no era solo el mejor posicionado para reforzar la zaga defensiva, sino que era la gran prioridad de la secretaría técnica. A diferencia de lo que han publicado algunos medios, su llegada no se frustró por la masa salarial.
Pep Guardiola, dando instrucciones a Éric García | EFE
La salida prevista de Jean-Clair Todibo --al final al Benfica-- ya servía a la entidad para cubrir la ficha de Éric García. El motivo del no acuerdo fue el precio de traspaso. Consideraban que no podían tirar la casa por la ventana por un jugador que quedará libre en verano de 2021 y en el mercado invernal será libre para negociar con quien quiera.
La oferta final del Barça al Manchester City fue 10 millones de euros fijos más cinco en variables, algo superior a la inicial: ocho fijos más dos en variables. La cúpula cityzen decidió que, por ese precio, era mejor que se quedara unos meses más en el Etihad Stadium aunque fuera sin jugar y no reforzar así a un rival directo para la Champions League.
Depay y la masa salarial
El problema de Memphis Depay y su aterrizaje frustrado a Barcelona sí que fue la masa salarial. No era la gran prioridad, pues un central era más necesario que un delantero, pero Koeman insistió una y otra vez en que se tenía que ocupar la plaza vacante que liberaba Luis Suárez. Sin muchas alternativas a precios bajos, fue el holandés el mejor posicionado.
El Olympique de Lyon ofreció una y otra vez a su jugador franquicia al Barça. Necesitaban liquidez y querían liberar la masa salarial. Por el otro lado, los azulgranas tampoco van sobrados en cuanto a masa salarial y al límite que impone la Liga y no querían correr ningún riesgo.
La llegada de un delantero, tal y como ha publicado este medio en numerosas ocasiones, dependía básicamente de la salida de un peso pesado del vestuario en forma de traspaso. Aunque los que más sonaron fueron Antoine Griezmann y Ousmane Dembelé, ambos optaron por quedarse. La delantera cuenta con muchas piezas y varias alternativas.