El FC Barcelona lo pasó mal frente al Sevilla (1-1) de Julen Lopetegui. Después de dos goleadas en el inicio liguero --Villarreal y Celta de Vigo--, volvieron a poner los pies en el suelo. Se enfrentaban a uno de los conjuntos más trabajados de la Liga y que ya han demostrado en Europa que no son fáciles de superar.
Los hispalenses mostraron algunas de las debilidades del modelo de Ronald Koeman. Apostaron por un juego combinativo y de toque que acusaba al centro del campo y aprovecharon ambas bandas para atacar, una zona que no termina de convencer en el Camp Nou.
Atención al doble pivote
Pese a tener la etiqueta de indiscutibles, Frenkie de Jong y Sergio Busquets volvieron a demostrar que les queda mucho trabajo aún para demostrar que se entienden y pueden jugar juntos. Se vieron superados ante un centro del campo con tres integrantes y el sistema del contragolpe les quitó la posibilidad de atacar pausadamente.
También cometieron varias pérdidas de balón en zona sensible y se mostraron desubicados en algunas ocasiones. El holandés perdió 11 balones en todo el partido mientras que el de Badia del Vallés, diez. 21 pérdidas en total en el centro del campo que podrían haber salido muy caras.
Frenkie de Jong durante el Barça-Sevilla / EFE
A pesar de sus actuaciones, las imprecisiones y el cansancio; Ronald Koeman tiene confianza ciega en ellos. No dio entrada a Miralem Pjanic hasta el minuto 75, pero no fue sustituyendo a ninguno de los dos pivotes. El bosnio entró en el lugar de Phillippe Coutinho y liberó a un De Jong que avanzó su posición.
La banda derecha no convence
Otra vez vimos la tendencia del Barça en insistir en jugar por la banda izquierda, abandonando por completo la derecha. Ansu Fati y Jordi Alba fueron los principales destinatarios del balón durante el primer tiempo. Precisamente de esa zona salió el gol de Coutinho en el minuto 10.
Tras el descanso, y seguramente por orden del entrenador, el juego se equilibró más jugando en la banda de Antoine Griezmann y Sergi Roberto. Ambos siguen sin convencer. El francés solamente creó una ocasión de peligro que terminó cómodamente en las manos de Yassine Bono mientras que al de Reus le sigue faltando profundidad.
Diego Carlos y Antoine Griezmann disputando un balón / FC Barcelona
El ex del Atlético de Madrid salió sustituido en el minuto 61 por Francisco Trincao como ya nos tiene habituado el cuerpo técnico. El entrenador empieza a perder la confianza en él y es que el portugués creó mucho más peligro en media hora que en una hora del francés. No es un extremo puro, está falto de confianza y eso se nota demasiado.
Roberto tampoco se puede confiar. Este domingo ya debutó Sergiño Dest, un lateral muy ofensivo que podría arrebatarle el puesto. A diferencia del catalán, sí que es un especialista en la banda y en el Ajax de Ámsterdam mostró un desparpajo en posiciones avanzadas que podría ser clave para los delanteros.
Messi, desaparecido
Aunque participó en el gol de Coutinho haciendo un buen pase a Jordi Alba, Leo Messi estuvo desaparecido ante el Sevilla. Solamente mostró su garra en los últimos minutos buscando el gol. Llegó a forzar un penalti que Gil Manzano y el VAR no quisieron ver.
Leo Messi jugando contra el Sevilla / EFE
A diferencia de los últimos dos encuentros con un argentino muy motivado, se vio rodeado constantemente por defensas sevillistas. Disparó tres veces y perdió la posesión hasta en 16 ocasiones. Este equipo sigue dependiendo enormemente del capitán. Si no coge las riendas del equipo él, el Barça está huérfano de líder.