Primer pinchazo del Barça de Ronald Koeman. Este domingo tenía delante un reto más exigente que en las dos anteriores jornadas. Se enfrenaban a un Sevilla con las ideas claras y que ya ha demostrado tanto en la Liga como en Europa que es capaz de poner en apuros a los grandes del continente. Partido muy igualado que sirve para poner los pies en el suelo.
El conjunto azulgrana salió como nos tiene habituados, con un 4-2-3-1 bien definido y buena actitud. El juego fue muy vertical, apenas se combinaba en el centro del campo, y una de las órdenes desde el banquillo era la presión tras pérdida. La línea estaba muy avanzada y todos los jugadores mordían.
En frente, el conjunto de Julen Lopetegui llevó el peso del partido en cuanto a posesión y juego. Mientras los culés buscaban el contragolpe y los espacios a la espalda del rival, los andaluces eran más partidarios de las combinaciones más pausadas y de los ataques estáticos. Ejemplo de ello fue la posesión: en el primer tiempo, la ganó por la mínima (51%) los visitantes.
El partido no empezó de manera muy optimista. En el minuto 8, tras un rebote en un córner, Luuk de Jong fusiló a pocos metros de Neto Murara. La reacción llegó segundos después. Dos minutos más tarde, un pase de Leo Messi quedaba muerto tras un mal rechace de Jesús Navas y Philippe Coutinho superaba a Yassine Bono a puerta vacía.
Después del descanso el ritmo de ambos conjuntos bajó. La intensidad de la primera parte pasó factura y empezaron a aparecer el cansancio y, en consecuencia, las imprecisiones. Koeman movió el banquillo en el minuto 60: entraron Francisco Trincao y Pedri González por Antoine Griezmann y Ansu Fati.
Con los cambios el equipo tampoco mejoró. El Sevilla fue ganando confianza y veía opciones de sorprender a los culés. Ronald Araújo rozó el gol en propia portería tras un centro lateral y hubo varias imprecisiones defensivas que dieron vida a los visitantes. Pese a reforzar la medular con Miralem Pjanic (minuto 75), poco cambió la dinámica.
Siguió el intercambio de golpes, con la sensación de que la balanza se podía decantar por cualquiera de las dos partes. Trincao tuvo una clara a falta de dos minutos del final mientras que En-Nesyri rozó antes el tanto de la victoria. Al final, el marcador no se movió y se firmó el empate a uno.
Frenkie de Jong durante el Barça-Sevilla / EFE
Ideas claras: verticalidad y presión
Aunque el encuentro fue muy igualado y el Sevilla llevó la batuta en muchas ocasiones, Ronald Koeman volvió a mostrar cuál es y será su idea. El equipo volvió a ser muy vertical, buscando espacios en las bandas --aunque Ansu Fati y Antoine Griezmann apenas aparecieron-- y ataques muy rápidos.
La manera de contrarrestar la superioridad numérica de los sevillistas en el centro del campo --tres por parte hispalense por dos azulgranas-- siguió siendo la presión alta. La línea defensiva se avanzaba hasta el centro del campo y los delanteros llegaban a presionar al portero y defensas.
Coutinho, cada vez mejor
En un encuentro donde los dos protagonistas habituales, Leo Messi y Ansu Fati, no estuvieron muy clarividentes; cabe destacar la presencia de Philippe Coutinho. No tiene nada que ver con el jugador que salió cedido el curso pasado al Bayern de Múnich. Ahora se siente protagonista y físicamente ha habido un importante cambio.
Coutinho celebrando su gol contra el Sevilla / EFE
Más allá del gol, que se tiene que remarcar la fe por seguir una jugada que parecía perdida, su gran aportación fue defensiva. Recuperó un par de balones --minuto 25 y 39-- en zona ofensiva que sirvieron para crear ocasiones peligrosas. De los cuatro de delante, fue el mejor.
Araújo pide paso
La novedad --obligada-- del once de Ronald Koeman era Ronald Araújo. Con un Clement Lenglet sancionado y Samuel Umtiti y Jean-Clair Todibo descartados; la única opción que tenía el staff era apostar por el joven uruguayo del filial. Se encargó del perfil derecho del eje de zaga defensiva y demostró que tiene maneras para jugar en el Barça.
Más allá de la solidez defensiva y su potencial físico, demostró que no va nada mal con el balón en los pies. Combinó con los centrocampistas sin ningún tipo de presión y se atrevió a jugar varios balones en largo a los extremos. Desplazamientos muy bien realizados que crearon peligro. Llegue o no Éric García, hay central de futuro.
Araújo luchando una acción en el Barça-Sevilla / EFE
Debut de Dest
Dos entrenamientos han sido suficientes para Sergiño Dest para debutar en el Camp Nou. Sin Junior Firpo, lesionado, entró por un Jordi Alba con problemas musculares. Se ubicó en la banda izquierda, demostrando antes de lo que muchos esperábamos su polivalencia. Tuvo un cuarto de hora cómodo y no muy exigido.