Leo Messi vuelve a sonreír en el Barça. El argentino se pronunció por primera vez de forma pública tras anunciar su decisión de quedarse, a regañadientes, en el Camp Nou. Y lo hizo para pactar una tregua con el club, asumir sus errores y enviar un mensaje de optimismo al barcelonismo de cara a la temporada.
"Luego de tantas desavenencias, me gustaría poner un punto y final. Debemos unirnos todos los barcelonistas y asumir que lo mejor está por venir", aseguró el capitán azulgrana. A Leo le convence el proyecto de Koeman al frente del equipo, y le ilusionan las incorporaciones que ha hecho la secretaría técnica para poder aspirar a todos los títulos.
Messi vuelve a sonreír en el Barça | EFE
Asimismo, poco a poco el 10 va superando el duro golpe que ha sido tener que despedirse de dos de sus grandes amigos dentro del vestario: Luis Suárez y Arturo Vidal. La entidad culé tuvo que desprenderse de ambos futbolistas casi regalándolos para así ahorrarse su alta ficha. Y lo hizo a través de una simple llamada telefónica, algo que no convenció a Messi. Eso sí, el capitán cada vez es más consciente que era el paso necesario para continuar con la revolución.
Jordi Alba y Sergi Roberto, sus grandes aliados
Lo más preocupante con las últimas decisiones de Josep María Bartomeu es que dejaban a Leo solo. En los últimos años, se ha visto siempre al argentino acompañado de su clan formado por jugadores sudamericanos. El clan del mate, gran dominador del vestuario.
Una foto de Jordi Alba y Leo Messi durante el Barça - Liverpool / EFE
La cúpula culé tenía claro que era necesario romper ese grupo para poder iniciar una completa renovación del equipo. Aunque eso implicase disgustar al capitán. Sin embargo, poco a poco Leo vuelve a sentirse acompañado en el vestuario. Gracias especialmente a Jordi Alba y Sergi Roberto, que se han convertido en sus grandes aliados.
Ambos futbolistas son los que más se están asociando con Messi fuera del terreno de juego. Se les ve constantemente juntos en los entrenamientos, y también en los viajes del equipo. El capitán culé necesitaba un apoyo en sus momentos más difíciles en el Camp Nou, y lo ha encontrado en los dos canteranos. Que Messi se sienta como en casa y vuelva a sonreír invita al optimismo a los culés, y aumenta las posibilidades de que cuelgue las botas en el Barça.