El nuevo Barça de Ronald Koeman se estrenó de forma oficial a lo grande. El conjunto azulgrana destrozó al Villarreal gracias a la destacada actuación de Ansu Fati, que anotó dos goles. Un choque donde se pudieron ver los primeros cambios más visibles del fútbol que el técnico holandés intentará que practique su equipo.
Presión adelantada, verticalidad en las posiciones ofensivas, movimiento constante.... el cuadro catalán dejó buenas sensaciones en su primer choque en la Liga. No obstante, el más evidente de todos fue sin duda el cambio de esquema. Prácticamente ningún entrenador se ha atrevido en la última década a tocar el tradicional 4-3-3.
Los jugadores del Barça hacen piña tras barrer al Villarreal / EFE
No obstante, Koeman no tardó en deshacer este esquema. Por el tipo de futbolistas que tiene, considera que el equipo puede rendir mucho mejor con un 4-2-3-1, donde además puede dar total libertad y eximir de trabajo defensivo a Leo Messi. Una estrategia que le funcionó y que convenció a muchos de los pesos pesados.
El nuevo papel de Sergio Busquets
En concreto, uno de los futbolistas a los que les costará más adaptarse a este nuevo cambio será Sergio Busquets. Al de Badia del Vallés se le vio especialmente pérdido jugando en el doble pivote, especialmente por el hecho de que contará con más libertad para subir al ataque. Koeman quiere que sea De Jong el que recule a posiciones más atrasadas, y en cambio el canterano podrá atacar más y recuperar más arriba.
Una decisión con la que parece haber encontrado el técnico azulgrana la clave para que ambos centrocampistas se puedan encontrar cómodos en el terreno de juego. "Es un sistema más, en defensa tengo un compañero al lado, que se agradece, y en ataque tengo un poco de libertad para poder tirar un poco más hacia arriba", comentó Busquets al final del encuentro.
Sergio Busquets, en una acción ante el Villarreal | FCB
Una estrategia que, en principio, se mantendrá también cuando Pjanic esté en el campo al lado de De Jong. En cambio, ofrece muchas más incógnitas este esquema cuando sean Busquets y el bosnio el que ocupen el doble pívote. Solo en este caso, apunta al de Badia jugando más retrasado. No obstante, se trata de un cambio evidente y parece que necesario, que empieza a dar sus frutos tanto en los partidos como en el vestuario.