Alegría. Euforia. Éxtasis. Ha vuelto la ilusión al Camp Nou. Y qué ganas teníamos. Tan solo 45 minutos del Barça de Koeman han bastado para que nos caiga la baba a todos los culés recordando lo que es disfrutar del buen fútbol. Exhibición de ataque, de velocidad, de presión alta y agresividad. Con muchas cosas por mejorar, hoy es un día de felicidad para el barcelonismo con el triunfo holgado sobre el Villarreal. Una vez más se demuestra que el equipo está por encima de las individualidades y que el Barça está por encima de cualquier jugador.
El presidente Bartomeu ha sido enormemente criticado en los últimos meses, vilipendiado porque ha cometido algunos errores en la toma de decisiones que pasaron factura a nivel deportivo y económico. Sin embargo, dijo en una de sus últimas entrevistas públicas una verdad como un templo: se juega como se entrena. Y este domingo quedó demostrado con la exhibición del Barça de Koeman en el primer tiempo, donde arrolló al Villarreal con un chorreo de goles (4-0). Desde que llegó el holandés se está entrenando muy bien.
Nuevo sistema con mucha movilidad
En un Camp Nou todavía fantasma, los azulgranas se mostraron intratables y dejaron patentes cuáles son las señas de identidad del nuevo Barça: presión alta, velocidad, vocación ofensiva y solidaridad. Todo ello recogido bajo un esquema de 4-2-3-1 donde los cuatro hombres de arriba mostraron una gran versatilidad intercambiando posiciones. Por ejemplo, Messi volvió a caer a banda derecha en algunos momentos, dejando el '9' a Griezmann, y en ocasiones fue a la inversa, yendo Messi por medio y el galo por la diestra.
Los jugadores del Barça hacen piña tras barrer al Villarreal / EFE
Sin embargo, la banda más letal fue con diferencia la izquierda de Ansu Fati. El niño de 17 años se mostró demoledor, implacable y combinó a la perfección su alegría con goles de gran categoría. El primero fue un zapato descomunal ('15), al primer toque, tras un pase certero de Jordi Alba, que dejó totalmente inmóvil a Asenjo, que ni la olió. El segundo, fruto de otra acción combinativa donde Ansu definió a la perfección ('19).
Ansu Fati, heredero de Messi
El niño maravilla no se cansó de hacer diabluras y dejó claro que está llamado a ser el heredero de Leo Messi. A jubilarlo. Pero todavía no ha llegado el momento. Por ahora, Ansu le sigue sirviendo goles al 10 y respeta su jerarquía: le dio asistencias que Leo no acertó a marcar y provocó un penalti que el astro argentino no perdonó ('34). El cuarto gol fue en propia puerta, obra de Pau Torres ('45) justo antes del descanso.
La segunda mitad tuvo otro tono completamente distinto. Los azulgranas se relajaron y vivieron de las rentas gracias a la exhibición de Ansu Fati. Los de Koeman conservaron el balón y trataron de generar ocasiones, pero con más moderación, aunque mantuvieron la presión tras pérdida.
La hora de los fichajes
Ese segundo tiempo también sirvió para que el técnico moviese el banquillo. Y lo hizo dando entrada a los nuevos fichajes. En el '70 Dembelé y Pedri dieron descanso a Coutinho y Ansu Fati. Poco después, Pjanic y Trincao sustituyeron a Busquets y Griezmann. Y lo cierto es que todos ellos dejaron buenas sensaciones. Pedri, tomando decisiones correctas en todo momento, Pjanic presionando y dando juego a los compañeros, Trincao generando acciones de peligro y Dembelé... Dembelé estuvo en su línea irregular.
Koeman se muestra muy cariñoso con Ansu Fati / EFE
Inmejorables sensaciones para un estreno de Liga que da confianza a la plantilla y a un entrenador que se ha convertido en el máximo responsable de este lavado de cara. Ya se nota la mano holandesa, apostando por ese juego alegre y volcado al ataque que ya avanzamos desde Culemanía que va a ser la seña de identidad del Barça de Koeman. Queda mucho trabajo por hacer, pero este es el camino.