Primer partido de pretemporada, pero viejas sensaciones. El FC Barcelona de Ronald Koeman ha echado a rodar este sábado contra el Nàstic de Tarragona (3-1) con algunas caras nuevas, pero muchas de otras ya conocidas. El primer once del holandés contó con Leo Messi de mediapunta, Ousmane Dembelé y Pedri en las bandas y Antoine Griezmann de falso nueve.

El Principito volvió a hacer un partido gris, esta vez jugando en una posición a la que no está muy acostumbrado: la de punta. Sin Luis Suárez en la convocatoria --y con pie y medio en la Juventus de Turín--, ejerció de referencia móvil. Apenas participó en las ofensivas culés que llegaban sobre todo de la banda derecha.

Detalle de capitán

En el minuto 16 del primer tiempo, se produjo un penalti a favor de los azulgranas. Gerard Piqué era agarrado por un marcador del Nàstic y el colegiado señalaba la pena máxima. Lo que hace unos meses no hubiera tenido discusión, en pretemporada hay más manga ancha. Griezmann fue a buscar el balón y Messi le cedió la responsabilidad. Detalle de capitán para animar al nuevo 7.

El francés no falló y marcó a placer poniendo el segundo tanto en el marcador. A pesar del gol, no apareció más. Siguió controlado por el eje de la defensa tarraconense y, si sigue ocupando esa posición, deberá de demostrar alguna cosa más. No es un nueve rematador y, con el argentino moviéndose libremente a sus espaldas, se vio claramente eclipsado.

A este Barça de Koeman le queda mucho recorrido y queda por ver qué cambios habrá en la plantilla hasta que se cierre el mercado. Se espera la llegada de un delantero centro y entonces podremos intuir cual será realmente la función de Griezmann en los onces del holandés. Difícilmente sea la de referencia, reservada para Lautaro Martínez o Memphis Depay.