Ronald Koeman ha llegado al banquillo azulgrana en un claro fin de ciclo. El Barça ya hace unos años que no está en su máximo nivel y la debacle de Lisboa contra el Bayern de Múnich ha sido la última gran demostración. De este modo el equipo necesita una gran reestructuración y hacer varios cambios en su plantilla. Es por eso que la situación se asemeja a la que tuvo que afrontar Guardiola en su primer verano como entrenador del primer equipo.
El técnico catalán sustituyó a Frank Rijkaard después que en 2006 alzara la Champions, pero encadenara dos años de claro rendimiento a la baja. De este modo Guardiola cogió el cargo con varias estrellas lejos de su mejor nivel y también con la idea clara de provocar una revolución.
De este modo, en su presentación fue contundente en afirmar que no contaba con Ronaldinho, Deco y Eto’o; tres de los jugadores más destacados en las últimas temporadas. Finalmente el camerunés se quedó un año más y fue crucial por la consecución del triplete, pero los otros dos sí que dejaron el Barça.
Koeman, por lo tanto, lo primero que hizo fue comunicar a varios jugadores que no cuenta con ellos: Suárez, Arturo Vidal y Rakitic. Esto es necesario para poder renovar la plantilla. Lo que no se esperaba el holandés, sin embargo, es que también se le fuera Messi. La salida del argentino, además, también podría provocar que otros futbolistas le sigan en su decisión.
La apuesta por La Masía
Otro de los grandes pasos que dio el catalán fue el de apostar por la cantera. De buen inicio apostó por Busquets y más tarde también empezó a tener peso Pedro (que en sus inicios era Pedrito) cuando lo más arriba que habían llegado era la Tercera División. Más tarde, además, también se atrevió a dar oportunidades a otros jugadores de la casa.
A pesar que muchos no tuvieron muy recorrido en el Barça, sí que indica que se ve como los mejores años vinieron con una plantilla con muchos jugadores de la casa. Ahora el club tiene a varios futbolistas como Riqui Puig, Ansu Fati o Aleñá que pueden tener su protagonismo definitivo. Por detrás también están Monchu o Iñaki Peña, aunque con menos opciones de estar en el primer equipo.
Revuelo en la oposición y una moción de censura
En muchas ocasiones, lo que más acaba molestando a los socios y aficionados es lo que sucede en el terreno de juego. Esta pasada temporada, por lo tanto, los culés ya fueron mostrando sus desavenencias con la directiva, especialmente después de salir a la luz el BarçaGate. El Camp Nou ya propició una pañolada y pidió la dimisión de Bartomeu.
Sin embargo, las críticas se han hecho mucho más evidente tras la derrota estrepitosa en Champions y la petición de Messi de salir. Esto ha promovido una moción de censura conjunta entre varios grupos de socios y tres precandidatos: Víctor Font, Lluís Fernández Alá y Jordi Farré.
Asimismo, Guardiola también llegó al banquillo con un entorno contrario a la directiva. En aquel caso, la moción de censura sí que tiró adelante y el 6 de julio de 2008 se los socios fueron citados a votación. Los partidarios de la dimisión de Laporta alcanzaron el 60% de los votos. De este modo, fueron mayoritarios pero no alcanzaron las dos terceras partes necesarias
De este modo Laporta se mantuvo en el cargo y puso a Guardiola al mando del primer quipo. Los dos primeros partidos, además, hicieron que el ambiente se caldeara más ya que el Barça solo sumó un punto. A partir de allí, sin embargo, el equipo empezó a carburar y acabó por formar el mejor equipo de la historia del club y uno de los que quedaran escritos a lo largo de los años.