Con el paso de las horas, cuesta todavía más asimilarlo. Leo Messi ha dicho basta. El argentino no quiere seguir en el Barça, y está dispuesto a forzar su salida este mismo verano, según ha comunicado el futbolista al club a través de un burofax. El capitán culé estaría dispuesto a acogerse a su cláusula que le permite rescindir su contrato unilateralmente a final de cada temporada.
No obstante, en el FC Barcelona no están dispuestos a facilitarle su salida. La respuesta de la entidad catalana ha sido clara: quieren que Leo lidere el nuevo proyecto a las órdenes de Ronald Koeman. Sin embargo, la decisión del 10 no es en caliente. Tras la debacle ante el Bayern de Munich en Champions, lleva semanas en silencio total, analizando todas sus opciones, hasta llegar a la conclusión de que lo mejor para sus últimos años es continuar su carrera lejos del Camp Nou.
Messi, cabizbajo en el descanso del Barça-Bayern / EFE
De hecho, según apuntan las informaciones, hace días que habría comunicado esta decisión a sus compañeros, e incluso se habría puesto ya en contacto con Pep Guardiola, para pactar su fichaje por el Manchester City. Chelsea, United o Inter de Milán también siguen de cerca su situación.
¿Por qué quiere marcharse?
Durante todo el curso, no han sido pocas las veces que Messi ha remarcado su deseo de colgar las botas en Barcelona, a la que siempre ha considerado su casa. Entonces, ¿qué ha cambiado en menos de 12 meses para que el argentino opte por una decisión tan drástica?
El principal motivo han sido las últimas decisiones de la secretaría técnica a nivel deportivo. El desprenderse de su amigo Luis Suárez de mala manera ha sido solo la gota que ha hecho colmar el vaso. El club lleva años dando palos de ciego, sin una pensada planificación, y alargando un cambio de ciclo inevitable. Todo, potenciado por unos altos contratos a sus estrellas que les ha dejado sin margen de maniobra.
Bartomeu y Messi conversando durante la gala del Balón de Oro / EFE
A esto hay que sumar la salida abrupta de Ernesto Valverde. El argentino siempre ha tenido buena relación con el entrenador, desde que debutó en 2004. Rijkaard, Guardiola, Tata Martino, Tito, Luis Enrique(a pesar de algún desencuentro) y Valverde. La despedida de mala manera del Txingurri, junto a la apuesta de Setién como nuevo timón, no han convencido al capitán. Como tampoco un Koeman que no le ilusiona especialmente.
Finalmente, es evidente el alejamiento total entre Leo Messi y Josep María Bartomeu. En la época de las tecnologías y la inmediatez, el hecho de comunicarse por burofax y no por teléfono, pone de manifiesto su mala sintonía. Pese a sus múltiples renovaciones en los últimos años. El capitán esperaba un cambio más contundente tras la debacle de la Champions. Empezando por la directiva. Sin embargo, Bartomeu sigue reticente a dimitir, y quiere seguir hasta marzo. Una decisión que puede acabar de sacar a Messi, y encima de mala manera, del Barça.