Quique Setién apostó ante el Bayern de Munich por un planteamiento claramente conservador, con su vieja guardia y cuatro centrocampistas para detener la ofensiva germana. El técnico azulgrana apostó por un once dedicado totalmente a bloquear a los bávaros, en lugar de llevar la iniciativa con una alineación mucho más atractiva y valiente.
Antoine Griezmann fue el gran perjudicado en este plan. Se quedó en el banquillo, y Luis Suárez y Leo Messi fueron las únicas referencias del equipo arriba. El galo volvió a quedarse fuera en un choque decisivo, una situación que le empuja cada vez más a dejar el Camp Nou este verano.
Griezmann, en el banquillo del Barça | EFE
A Setién no le funcionó esta estrategia. Y venía avisado. El FC Barcelona sufre especialmente cuando El Principito sale desde el banco. Como demuestra el hecho de que el equipo ha perdido todos los enfrentamientos en los que ha sido suplente. Algo que no pasa, por ejemplo, cuando no ha estado convocado por lesión.
Crece el incendio Griezmann
Tras la vuelta de la competición, y excepto el choque ante el Villarreal, Griezmann ha dejado de ser intransferible en el equipo culé. Ha pasado de titular fijo a suplente habitual, y se ha quedado fuera en partidos especialmente decisivos. Una situación que no gusta al francés.
El Principito, que llegó con el cartel de superestrella, ha bajado considerablemente su caché. Sin embargo, tiene claro que no llegó a Barcelona para ser suplente, y no tener protagonismo. Si no le aseguran que será una pieza clave, podría plantearse su salida de Can Barça en los próximos meses.
Griezmann, en un partido con el Barça | FCB
De momento, en el Barça pretenden escuchar ofertas por él, pero su marcha no está prevista. Se considera que su año, para ser el primero en el Camp Nou y practicando un estilo de juego totalmente distinto, no ha sido del todo malo. Ha anotado 15 goles y repartido cuatro asistencias en 48 partidos. Se valora especialmente bien su implicación y compromiso, y que con el paso de los meses, ha mejorado su sintonía con los pesos pesados.
Si finalmente continúa la temporada que viene, se antoja una temporada clave para él. Habrá una limpieza importante en el vestuario, y Griezmann tendrá más oportunidades de destacar y demostrar que es una pieza esencial sobre la que construir. O, si no acaba de convencer, cavará su propia tumba en el Camp Nou. No obstante, este curso ya ha demostrado que cuando está en el banquillo, el equipo sufre.