El Barça necesita una reestructuración completa de su plantilla. Algo que se veía venir desde hace años, pero que acabó de evidenciarse tras la debacle contra el Bayern de Munich. El conjunto azulgrana disputó el choque ante los bávaros con la alineación más veterana de la historia de la competición (29 años y 329 días) y se llevó la goleada más abultada de la historia de la Copa de Europa (2-8).
Dos datos que, evidentemente, van de la mano. Los hombres de Setién mostraron carencias físicas importantes durante toda la temporada, y ante un conjunto germano mucho más rodado y con futbolistas más jóvenes, el resultado solo podía ser aterrador. Las vacas sagradas culés tuvieron 20 minutos buenos. Lo que le aguantaron las piernas. El resto del choque fue del Bayern.
Los jugadores del Barça, lamentando la derrota contra el Bayern | EFE
El FC Barcelona no tuvo ni una sola opción de clasificarse para las semifinales de la Champions. Lo que obliga, de una vez por todas, a los dirigentes de la entidad catalana a apostar de forma convincente por el necesario cambio de ciclo. Los pesos pesados del vestuario fueron los grandes señalados de la derrota, y firmaron su sentencia de muerte.
Situación compleja
El Barça necesitará entrar en un proceso de transición el curso que viene, con muchos de los futbolistas más veteranos dejando hueco a las promesas que llegan desde abajo. Sangre nueva. La situación es compleja y requerirá de la predisposición de las mismas vacas sagradas. Sus altos contratos y su edad dificultan enormemente su salida. Si el club lo necesita, serán ellos los que deberán ofrecer su ficha y facilitar su marcha.
Los casos más evidentes son los de Rakitic y Arturo Vidal. Ambos están en la rampa de salida desde hace meses, y en Lisboa demostraron que ni tienen el nivel ni merecen forma parte de la plantilla del FC Barcelona. En la secretaría técnica incluso se han resignado a sacar una cantidad importante por ellos, y podrían dejarles marchar casi gratis solo para ahorrarse sus altas fichas.
Una foto de Luis Suárez, Sergi Busquets e Ivan Rakitic durante el partido contra el Rayo Vallecano / EFE
En cambio, difícilmente se optará por la confrontación y una mala salida con los demás. Luis Suárez, Jordi Alba, Sergio Busquets, Gerard Piqué y Sergi Roberto. Todos tienen contrato, como mínimo, hasta 2022, y pese a su descenso de rendimiento, tienen muchos números de continuar. Eso sí, con condiciones. Deben tener claro que es el momento de dar un paso al lado. Actuar como tutores para los jóvenes, pero no exigir ser siempre importantes en los encuentros decisivos. Su empatía y profesionalidad será clave para la transición del FC Barcelona.
Messi, un capítulo a parte
Finalmente, está el caso de Leo Messi. El argentino puede decidir marcharse en cualquier momento. Una cláusula de su contrato así se lo permite. Está frustrado tras las últimas debacles del equipo en Champions, como indica su silencio tras la desastrosa derrota en Lisboa.
Evidentemente en el Barça no quieren prescindir del futbolista más importante de su historia. Aunque sí es cierto que el crack rosarino no ha dado la talla ni ha ejercido de líder en los últimos choques clave del conjunto azulgrana, su presencia sigue siendo imprescindible para el cuadro culé.
Leo Messi durante el encuentro /EFE
No obstante, el hecho de no contar con apoyos suficientes en el terreno de juego, ha comportado una dependencia demasiado irrebatible de sus actuaciones. La intención es que, en un año de transición, los objetivos del equipo no se basen tanto en conseguir títulos, sino en volver a hacer reconocible el fútbol del Barça. Y esto comportaría que el argentino fuese capaz de ceder responsabilidades a nuevos futbolistas más jóvenes.
Lo que está claro es que al FC Barcelona le espera una nueva etapa de incertidumbre, y de sondeo hasta volver a encontrarse. Los pesos pesados deberán ser determinantes para esta transición, pero desde una posición de maestros y guías, y no tanto como protagonistas absolutos. Sus mejores años ya han pasado, y es la única manera en la que podrán ayudar, de verdad, al club de su vida.