Este sábado Quique Setién dirigirá el partido más importante desde que llegó a Barcelona. No solamente por la competición que se juega, la Champions League, sino porque del resultado dependerá, en gran parte, su futuro en el banquillo del Camp Nou. Quedarse fuera de la final a ocho lo dejaría prácticamente sentenciado.
Consciente de la importancia del encuentro contra el Nápoles, el cuerpo técnico lleva días trabajando en varios sistemas y onces diferentes a pesar de que las piezas no sobran. Si se recupera Clement Lenglet y Antoine Griezmann, como así parece, tendrá varias opciones sobre la mesa para sorprender a Gattuso.
Setién en el entrenamiento del Barça / FCB
Setién y compañía aterrizaron a la capital catalana como una apuesta valiente, innovadora y de fútbol de toque. Avalado por sus buenas temporadas en Las Palmas y en el Real Betis, los culés esperaban un fútbol de toque y atrevido que no ha llegado. Intentó cambiar de formación (3-5-2) y dar oportunidades a los jóvenes en los tres primeros partidos, pero luego volvió al 4-3-3 y a los veteranos.
El dilema
Ahora, contra el Nápoles, vuelve esta dicotomía. ¿Será atrevido tanto en la formación como en los jugadores elegidos o volverá el Setién más valverderiano? La presión por ganar en este caso juega sus cartas y todo apunta que, al final, se apostará por las vacas sagradas y un sistema que los jugadores conozcan bien.
Del 3-5-2 que ya explicamos en Culemanía que practicó el domingo, va ganando adeptos el 4-3-3 más típico de Can Barça. Este sistema es conocido por todos en la casa azulgrana y no requiere de tanta práctica y aprendizaje. No sobran centrales, tampoco centrocampistas, mientras que de delanteros sí que se cuenta con algún recambio.
Otra de las dudas está en los nombres. Sin Arturo Vidal, Sergio Busquets y Arthur Melo; las fichas del centro del campo son justas. Cuatro jugadores para tres posiciones: Sergi Roberto, Frenkie de Jong, Ivan Rakitic y Riqui Puig. Teniendo en cuenta el estado de forma de los cuatro, el centrocampista del B debería tener una plaza en el interior garantizada.
Ansu Fati y Riqui Puig en una imagen de archivo con el Barça / FC Barcelona
También Ansu Fati tendría que jugar de inicio teniendo en cuenta que Antoine Griezmann sale de lesión. El juvenil viene de hacer unas buenas jornadas tras confinamiento mientras que al francés solo se le recuerda el gran partido contra el Villarreal de mediapunta (1-4). Aquí la veteranía puede volver a jugar un papel importante en la toma de decisiones.
Quique Setién puede tener una de las últimas oportunidades para demostrar qué tipo de técnico es: el de “nos lo pasaremos bien” o el de la mentalidad más conservadora. Veremos si apuesta por un estilo de fútbol o lo centra todo en el resultado y el conformismo del vestuario. Llega la hora de la verdad.