La llegada de Antoine Griezmann al Barça estuvo manchada por la polémica. El delantero francés anunció su llegada al Camp Nou a través de un documental, después de que solo un año antes cerrase la puerta al club culé de la misma manera. Una decisión que no gustó a parte del vestuario, entre ellos Leo Messi. Lo que ha provocado que el galo tuviese que luchar y trabajar todavía más para ganarse el respeto de la plantilla.
Su primera temporada en el FC Barcelona no ha sido fácil. En sus primeros meses, sus compañeros no le buscaban y la falta de sintonía era evidente. Pese a su esfuerzo y su implicación, no conseguía ganarse la confianza y el cariño del vestuario. Hasta que entró Luis Suárez en escena. Una pieza clave para mejorar la relación entre El Principito y el capitán culé.
Griezmann, lamentándose en un choque contra el Villarreal | EFE
Todo esto llevó a que, en los últimos partidos, se viese un entendimiento mucho más palpable entre el tridente, e ilusionase al barcelonismo con una nueva tripleta ofensiva para el recuerdo. De cara a la Champions, la MSG debe ser clave para el buen papel de los hombres de Setién. Sin embargo, podría ser también la perdición para Griezmann.
La sombra de Neymar
En el club azulgrana cuentan con el atacante francés de cara al curso que viene. Es muy difícil que salga. Pero no imposible. Y más con la opción Neymar en el horizonte. La vuelta del brasileño podría ser un verdadero golpe de efecto de Bartomeu para ganarse la confianza total del vestuario, y sobre todo de Leo Messi en sus últimos años de fútbol.
El argentino siempre ha sido más favorable en gastar el dinero que se utilizó para traer a Griezmann (120 millones) en hacer un esfuerzo para recuperar al 10 carioca. Sus relación va mucho más allá que del terreno de juego. Y contra eso, Grizi poco podrá hacer. Su sombra es demasiado alargada.
Messi y Griezmann celebrando el gol con Luis Suárez / FC Barcelona
Su controvertida llegada todavía retumba con fuerza en el Camp Nou. Nadie duda de su calidad. Pero si su salida pudiese servir para traer de nuevo a Ney, sin duda los pesos pesados del Barça no se lo pensarían dos veces. De momento, las altas exigencias del PSG convierten el regreso del brasileño en una utopía. Sin embargo, si el jeque Al-Khelaifi acaba cediendo, y exige al galo para que la operación sea viable, podría ser su fin como jugador culé.