Philippe Coutinho es una de las carpetas que tiene que resolver el Barça este verano. El brasileño se ha estado esta temporada cedido al Bayern de Múnich, ofreciendo un rendimiento que ha ido de más a menos hasta perderse el final de la Bundesliga por una lesión en el tobillo.
Aunque ninguno de los dos equipos lo ha confirmado todavía, todo apunta que el mediapunta estará con los bávaros el próximo mes de agosto en la Champions League. Si los culés superan al Nápoles (1-1 de la ida) y los alemanes al Chelsea (0-3), se cruzarán en cuartos de final.
Todo apunta que Cou volverá al Camp Nou a finales del próximo mes, queda por ver si por varios meses o unas semanas, pero su futuro sigue siendo una incógnita. El brasileño presenta tres problemas a la secretaría técnica que intentarán resolver lo antes posible con una salida, que no será nada fácil de encontrar.
Problema salarial
El carioca llegó a Barcelona en enero de 2018 a cambio de 140 millones de euros y con una ficha salarial --unos 13 millones brutos-- que lo colocaba justo por detrás de Luis Suárez y Leo Messi. Su rendimiento no ha sido el esperado y tiene el cartel de transferible. A pesar de su buen nombre, sobre todo en la Premier League, difícilmente alguien pueda abonar un precio justo.
En los últimos meses transcendió que el Barça vería con buenos ojos ofertas en torno a los 90 kilos, una cifra nada descartable que ayudaría a superar la crisis económica de coronavirus. Este precio no es el único escollo con el que topan los equipos compradores, sino también su salario. Está al alcance de muy pocos.
Philippe Coutinho celebra un gol con el Bayern de Múnich / EFE
Tiene contrato con los culés hasta verano de 2022 y, de momento, se descarta una nueva cesión. Una buena Champions podría desatascar alguna de estas operaciones con las que trabaja su representante --Arsenal, United, Newcastle...-- y firmar una salida definitiva del brasileño.
Más competencia
A parte de las necesidades económicas, también hay de deportivas. Si se queda Coutinho una temporada más, como tampoco se descarta, dificultaría la participación de alguno de los jóvenes talentos. Ya sea en el interior izquierdo o en el extremo, podría robarle minutos a Carles Aleñá, Riqui Puig, Ansu Fati, Ousmane Dembelé o al propio Antoine Griezmann.
De momento, Quique Setién está abierto a esa posibilidad. Es evidente que es un jugador talentoso y podría sumar, aunque se le debería encontrar un puesto en el equipo. Que se quede no es la primera opción, pero antes de marginarlo como el Real Madrid a Gareth Bale, le darían minutos de juego.
Poca motivación
Por último, preocupa su mentalidad. Este año se lo ha pasado pidiendo su fichaje por el Bayern de Múnich y dejándose querer por la Premier League. Tener a disgusto un jugador de esta categoría sería un punto más de incendio dentro del vestuario que no una posible solución.
Coutinho se encara a la grada del Barça tras anotar un gol | EFE
Con la situación ya tensa dentro la plantilla, se necesitan jugadores que sumen y que hagan grupo, que no es el caso del brasileño, que siempre ha ido más por libre. O cambia de mentalidad o su segunda etapa en el Barça será más breve de lo que muchos esperan.