Desde que Setién llegó al banquillo ha ido probando con distintos sistemas tácticos. Después de dos partidos con Messi como mediapunta y Suárez y Griezmann más centrados, este sábado planteó de nuevo un 3-5-2. El dibujo se mantuvo toda la primera parte y el equipo dio buenas sensaciones. Sin embargo, tras el descanso los azulgranas empezaron a desfallecer y tampoco cambió nada con el 4-4-2.
La alineación del Barça, de hecho, ya planteaba algunas dudas sobre cuál sería la disposición sobre el campo. Siguiendo con la dinámica del encuentro contra el Villareal y Espanyol podía parecer que el segundo delantero sería Arturo Vidal con bastante libertad de movimientos. Por el contrario, el equipo salió con el 3-5-2: Sergi Roberto, Piqué y Lenglet como centrales, Semedo y Jordi Alba de carrileros, Busquets, Riqui Puig y Arturo Vidal en el mediocentro, y Griezmann y Messi en la delantera.
Este sistema ya fue el que Setién utilizó en los primeros encuentros en el banquillo azulgrana. Sin embargo, el empate en Mestalla y la falta de complicidad de los jugadores provocó que cambiara al 4-3-3 tradicional, hasta que lo volvió a él en Villareal.
Lo cierto es que en los primeros 45 minutos, sin ser un espectáculo, el equipo movió bien el balón y tuvo más de una ocasión. Uno de los grandes beneficiados fue Semedo, que llegó bastantes veces hasta la línea de fondo e incluso tuvo alguna oportunidad por marcar. Antes ya había dado un buen balón a Riqui Puig, quién remato demasiado centrado.
Cambio en el 4-4-2
Tras la entrada de Araujo y Rakitic por Lenglet y Riqui Puig, el técnico mantuvo unos minutos el sistema pero rápidamente lo cambió al 4-4-2. De este modo el equipo se puso con Semedo, Piqué, Lenglet y Jordi Alba en defensa, Arturo, Rakitic, Busquets y Sergi Roberto en el centro del campo, y Messi y Suárez descolgados en la delantera.
Más tarde, con la entrada de Junior por Busquets, Jordi Alba pasó a ocupar el lado izquierdo del centro del campo y Sergi Roberto se dispuso en el doble pivote con Rakitic.
A pesar de los distintos cambios, la segunda parte del Barça fue horrorosa. El equipo estuvo achicando agua durante gran parte de ella y apenas se acercó a la portería de Masip. Gracias a las intervenciones de Ter Stegen y la falta de puntería de los locales los azulgranas pudieron conseguir los tres puntos. Con este rendimiento, sin embargo, parece una quimera que puedan ganar la Champions.
Sergi Roberto, polivalente
Desde que Luis Enrique empezó a probar con Sergi Roberto en el lateral, el de Reus ha ido experimentando en distintas posiciones. De este modo, ya ha jugado como tercer central, centrocampista, interior y extremo; además del lateral derecho.
En el partido contra el Valladolid ocupó tres posiciones distintas. Empezó como tercer central, a la derecha de Lenglet y Piqué. En la segunda parte se movió primero hacia uno de los laterales del centro del campo y después en el doble pivote. A pesar de tener que ocupar distintas ocasiones, fue uno de los mejores del equipo con mucho dinamismo y participando en varias facetas del juego.