El choque ante el Villarreal podría marcar un antes y un después en la etapa de Antoine Griezmann en el Barça. Su primera temporada en el Camp Nou está siendo más que discutida. Ya entró con mal pie, publicando un documental donde anunciaba su fichaje que no gustó a parte de la afición. Y más después de que el curso pasado diese calabazas en el último segundo al cuadro culé.
El Principito ha demostrado compromiso y regularidad durante todo el curso. Es el cuarto futbolista que más minutos ha disputado, y sus números no son del todo malos: 15 goles y cuatro asistencias en 44 partidos. No obstante, sí es cierto que su adaptación al juego azulgrana no ha sido tan rápida como se esperaba, y tampoco su compenetración con los pesos pesados del vestuario.
Griezmann jugando frente al Athletic /FCB
Sin embargo, este feeling parece que crece por momentos, sobre todo con Leo Messi y Luis Suárez. Tras su frustración por las tres suplencias consecutivas, y el feo de Setién al hacerle jugar solo el descuento contra su exequipo, fueron precisamente el argentino y el uruguayo los que decidieron acercarse a él, y apoyarle en su peor momento. Un gesto que cambió por completo la perspectiva de Griezmann.
Luis Suárez, clave
A esto se le sumó también el cambio de planteamiento de Quique Setién contra el submarino amarillo. Por primera vez, juntó a la MSG, pero colocando a Messi por detrás de Suárez y Griezmann, que actuaron como principales referencias. Por tanto, el galo dejó el extremo, para jugar en una posición más centrada y con otro ariete de referencia arriba. Una estrategia que resultó clave para el resugir de Griezmann.
Igual que determinante fue el aliento de especialmente el atacante charrúa, su gran valedor dentro del vestuario. Desde el primer día, Luis se portó muy bien con él, con detalles personales y consejos sinceros, ayudándole a relacionarse con Messi. Ni Antoine ni Leo son los tipos más locuaces del vestuario, pero Suárez les juntó y propició sus charlas. Y estó resultó decisivo para que se entendiesen también dentro del terreno de juego.
Messi, Suárez y Griezmann celebran un gol del Barça / EFE
Ahora, su relación está en un nuevo nivel. Contra el Villarreal se buscaron constantemente, y tras la obra de arte de Griezmann, fue Messi el primero que se acercó a abrazarle de forma efusiva. Ante el Espanyol, tendrán una nueva oportunidad para demostrar que no fue solo cosa de un día, y que el nuevo tridente ha llegado para quedarse.
Ejemplo de su felicidad
El mismo Griezmann ya no esconde que su cara es otra. Es feliz, y así lo ha demostrado en la última imagen que ha compartido en sus redes sociales. El Principito colgó una fotografía sonriendo abiertamente acompañada del mensaje "Wistitiiii", y un emoticono sonriente. El francés utilizó esta expresión que muestra simpatía, y transmitiendo un buen feeling a todos sus seguidores en las redes.
Griezmann muestra su felicidad en las redes sociales | Twitter