Al Barça se le complica todavía más la Liga. El conjunto azulgrana sumó su tercer empate consecutivo ante el Atlético de Madrid (2-2), y da la opción a su gran rival, el Real Madrid, colocarse a cuatro puntos en caso de vencer el jueves al Getafe. Y con solo 15 por jugarse. Una completa utopía.
El técnico Quique Setién decidió sorprender con un planteamiento inesperado, prescindiendo de un delantero y apostando por cuatro centrocampistas. Una estrategia que funcionó durante el primer tiempo. No obstante, el gran protagonista fue sin duda el arbitraje. Hernández Hernández no tuvo su mejor noche. El conjunto azulgrana resultó gravemente perjudicado en varias acciones, incluyendo dos penaltis más que polémicos.
Los jugadores del Barça reclamando una acción a Hernández Hernández / EFE
Con el paso de los minutos, y la presión del resultado, se pudo ver a un Barça exhausto. Y a un Setién incapaz de revolucionar al equipo a través de cambios. Su primer sustitución ofensiva no llegó hasta el 81. Y un sentenciado Griezmann no tuvo más que los instantes de la basura para intentar cambiar el rumbo del choque.
Un FC Barcelona cada vez menos reconocible está cerca de dejar escapar su dominio en la competición doméstica. El rendimiento del cuadro culé tras el parón es nefasto. Pero lo peor es que incluso Leo Messi se está contagiando con el mal juego del equipo. Sin ideas, agobiado, precipitado. Sumó su gol 700 de Panenka, pero la realidad es que sigue lejos de su nivel.
Leo Messi, reclamando una acción a Hernández Hernández | EFE
Una frustración que también demostró en una rabieta, que comportó una tarjeta amarilla que le deja a solo una más de la suspensión. Y con cinco choques por disputar, la baja de Leo en uno de ellos puede acabar de ser decisiva para que el Barça de por imposible esta Liga.