Leo Messi siempre ha sido sinónimo de gol. Desde el día que se estrenó como profesional, el 1 de mayo de 2005 ante el Albacete, nunca ha dejado de ver portería con una facilidad envidiable. El argentino ha evolucionado constantemente durante su carrera. Empezó como un rápido e imparable extremo, y tras más de una década, se ha convertido en un futbolista total.
Ahora es un jugador mucho más maduro, que lleva con orgullo el brazalete de capitán durante todos los encuentros y que se preocupa de que todos los estamentos del club culé funcionen. No obstante, sigue siendo decisivo en el terreno de juego, pero de muchas maneras distintas. Hace jugar a sus compañeros, asiste, controla el tempo del partido. Pero hay algo que sí sigue igual: no para de meter goles.
Leo Messi celebra un gol con el Barça / EFE
Hay situaciones donde el gusto personal puede definir el favoritismo. Pero hay una cosa que es totalmente inequívoca y subjetiva: los datos. Y con las cifras encima de la mesa, Leo Messi es uno de los jugadores más dominantes de la historia del fútbol.
Porque ya dicen que lo más importante no es llegar a la cima, sino mantenerse. Y uno de los grandes argumentos del rosarino para ser considerado el más grande de todos los tiempos es que nunca ha sacado de encima el pie del acelerador. Durante su etapa en el Barça, ha sido el mejor siempre. Poco le importaba que fuese un partido de Liga, Copa o Champions. Poco le importaba el rival o el estadio. Messi ha sido capaz de rendir de forma constante, especialmente en el apartado goleador.
Gol 700
Ante el Atlético de Madrid, el crack rosarino alcanzó otra cifra redona y estratosférica: los 700 goles como futbolista profesional. Fue en el minuto 52 del encuentro, cuando el argentino superó a Oblak de penalti. Pero no lo hizo de forma normal. Tenía que ser espectacular, y así lo hizo. Superó a uno de los mejores porteros del mundo con un lanzamiento a lo Panenka, para acercar el triunfo al conjunto azulgrana.
Messi, como uno de los pocos One Club Man moderno, ha anotado la mayoría de sus tantos con elástica azulgrana. Con este último, acumula 630 en 723 partidos, es decir, promedia 0,87 goles por partido. El resto, 70, los ha marcado con la selección de Argentina, en este caso en 138 partidos (0,68 goles por encuentro). La media total, sumando el equipo culé y la albiceleste, se sitúa en 0,81, el resultado de dividir sus 700 dianas entre 861 choques.
Con estas cifras, ha conseguido alzar a nivel individual seis Botas de Oro y Pichichis. Además, otro ejemplo de su excelente regularidad es el nuevo récord que superó con su gol ante el Mallorca: ser el primer jugador de la historia que anota un mínimo de 20 tantos la Liga durante 12 temporadas consecutivas.
126 dobletes, 41 hat-trick, seis póker y una manita de goles, en 2012 ante el Bayern Leverkusen. El idilio de Messi con el gol es ya histórico. Y todavía tiene algunas temporadas más al máximo nivel por delante, para seguir rompiendo récords y completando una carrera memorable.