El juego del Barça genera muchas dudas. Tras el parón, el conjunto azulgrana ha vuelto de demostrar muchas de las carencias que se le recordaban. Exceso de juego por la zona central, falta de velocidad en la circulación de balón, incapacidad de solventar los partidos... Unos problemas que se accentúan todavía más fuera de casa, donde los culés han dejado escapar ya 25 puntos. Demasiados para un equipo que lucha por ser campeón.
No obstante, lo más preocupante es que Leo Messi se está contagiando del mal juego azulgrana tras el regreso. El argentino completó un gran partido frente al Mallorca en la reanudación, pero desde entonces no ha podido ofrecer un gran rendimiento. Sigue siendo de los mejores del equipo, si no el mejor, en cada encuentro, pero su nivel dista mucho del que ofrecía antes del parón.
Leo Messi, cabizbajo tras el empate contra el Celta | EFE
El capitán azulgrana lo intenta más que nadie. Sigue siendo el eje del juego del Barça. Todos los balones pasan por él. Sin embargo, se está mostrando mucho más exhausto e impreciso de lo que tiene acostumbrado a todo el barcelonismo. Y este hecho está afectando también a su rendimiento de cara a portería.
Se le atragantan los 700 goles
El crack rosarino vio portería ante Mallorca y Leganés en los dos primeros choques tras la vuelta del campeonato doméstico. Sin embargo, su aportación a nivel goleador ha desaparecido desde entonces. Tres encuentros donde ha tenido oportunidades de sobra, pero no ha acabado de mostrarse atinado en la definición.
Messi pasa por una de sus peores rachas esta temporada. Tres partidos sin marcar que le están privando de conseguir un nuevo récord, y seguir haciendo historia. Leo está a solo un tanto de los 700 goles como profesional. No pudo alcanzar tan ansiada cifra ni contra el Sevilla, su víctima favorita, ni tampoco contra Athletic y Celta. Algo que no quita que no siga siendo decisivo. Y es que en estos partidos sí ha sumado en el apartado de las asistencias.
Messi salvó al Barça ante el Atlético | EFE
Su próximo rival es también uno de los equipos que mejor se le da: el Atlético de Madrid. El de Rosario ha anotado 31 goles al conjunto colchonero, el segundo equipo más damnificado por las ansias de gol de Messi. Reciente está todavía el recuerdo del choque de ida, donde el argentino jugó uno de sus últimos grandes partidos. Horas antes de recibir su sexto, e histórico Balón de Oro, dio el triunfo al Barça en el Wanda Metropolitano con un destacado gol, que aplaudió incluso el mismísimo Simeone.
A Messi se le está viendo más implicado e incisivo tras el parón. No obstante, lo que gana en garra lo está perdiendo en efectividad. En estos momentos de temporada, con un Barça que cada vez tiene más complicado conseguir su tercer título de Liga consecutivo, necesitan la vuelta del Leo decisivo. Sin embargo, para ello, el conjunto culé necesitará otros que lleven la batuta del juego. Algo también complejo. Lo que está claro es que Messi no puede hacer el trabajo de 11. Debe centrarse en lo que se le da mejor: marcar goles y seguir haciendo historia.