El Barça se complica la Liga. El conjunto azulgrana dejó escapar dos puntos de Balaídos, tras empatar en un intenso choque contra el Celta (2-2). Los culés mejoraron las sensaciones de los últimos encuentros. En ataque, se mostraron más verticales, con acciones sobre todo por las bandas. Determinante fue el papel de los canteranos Riqui Puig y Ansu Fati, que dieron una marcha más al equipo.
No obstante, Iago Aspas, en el final más cruel, convirtió en estériles los dos goles de Luis Suárez para empatar el encuentro a pocos segundos del final, y alejar todavía más el campeonato a los hombres de Quique Setién, que todavía dependen más de los resultados del Real Madrid.
La magia de Messi desencalla al Barça
El Barça se presentó en Balaídos no solo con la intención de romper su mala racha en tierras gallegas (no ganaba desde 2015) y conseguir tres puntos que le permitan seguir luchando por la Liga, sino también para mejorar sensaciones. En los dos últimos encuentros, el cuadro azulgrana pecó de ser demasiado horizontal, poco profundo y de buscar en exceso el gol por la zona central. Un atasco en ataque que repercutió en los resultados.
Para mejorar su fútbol, Quique Setién optó finalmente por incluir en el once titular a los jóvenes Riqui Puig y Ansu Fati, que llevaban semanas reclamando su oportunidad con grandes actuaciones. Y la realidad es que esta valentía recompensó al planteamiento del entrenador azulgrana.
Riqui Puig, en una acción contra el Celta | EFE
En los primeros 45 minutos, se vio a un FC Barcelona distinto. Los culés cambiaron de estrategia, y optaron por aprovechar la velocidad de las bandas para sobrepasar la armadura celtiña. En este sentido, la inclusión de los dos canteranos fue clave para dar una marcha más al equipo.
Pocos instantes tras el pitido inicial, Piqué ya estuvo cerca de adelantar a los azulgranas a la salida de un córner. Los culés no dejaron de acosar la portería del Celta, hasta que finalmente una nueva genialidad de Leo Messi desencalló al Barça. El argentino sorprendió a la defensa gallega en un lanzamiento de falta.
En los últimos partidos, diferentes equipos habían apostado por incluir defensas bajo los palos, para evitar el tanto directo del capitán azulgrana. No obstante, Messi, consciente de esta situación, optó contra el Celta por desconcertar a la defensa rival, con una asistencia de ensueño que aprovechó su amigo Luis Suárez, que vio portería trás más de cinco meses en el dique seco. Una asistencia que permitió al de Rosario seguir haciendo historia.
Los jugadores del Barça, celebrando un gol contra el Celta | EFE
Tras este tanto, los hombres de Setién bajaron el ritmo, lo que dio la oportunidad al conjunto local de acercarse con peligro a la portería de Ter Stegen, sobre todo a través de contraataques. Finalmente, el palo evitó el tanto del Celta, y permitió al Barça marcharse al descanso con una mínima ventaja, y sensaciones más que positivas.
El final más cruel
El paso por los vestuarios no sentó bien al Barça. O sentó muy bien al Celta. La cuestión es que los azulgrana perdieron todo lo conseguido en la primera mitad en los primeros minutos del segundo tiempo. Un error inocente de Rakitic en la salida de balón permitió al conjunto azulón desenmascarar la defensa culé. Tras una gran asistencia de Okay, Smolov superó a Ter Stegen y rompió la racha de cinco partidos del alemán sin recibir un gol.
Después de conseguir el empate, el Celta optó por adelantar sus líneas, e intentar dificultar la salida de balón de los hombres de Setién. No obstante, esto provocó también la aparición de más espacios para los delanteros culés, en caso de superar esta línea de presión. En este sentido, lejos de encogerse con el 1-1, el Barça siguió con el mismo guión: ataque por bandas, movimiento rápido de balón y verticalidad en busca de un nuevo tanto.
Luis Suárez, celebrando su gol contra el Celta | EFE
Un gol que consiguió, como no, el Pistolero Luis Suárez, en una acción de auténtico killer. En una jugada embarullada, el charrúa consiguió llevarse el balón dentro del área del Celta, y tras un portentoso giro, definió a la perfección con la puntera de su pie derecho para poner por delante al cuadro culé.
Sin embargo, y cuando parecía que los hombres de Setién tenían la victoria ya en el bolsillo, llegó el desenlace más cruel posible. El colegiado señaló una falta inexistente de Gerard Piqué en la frontal del área, que aprovechó Iago Aspas para superar, con mucha calidad, a Ter Stegen, y dejar al Barça con cada vez menos opciones para poder superar al Real Madrid en el campeonato doméstico. Los de Setién lo intentaron a la desesperada hasta el último instante, pero la fortuna no les acompañó, y dejaron escapar dos puntos determinantes de Balaídos.
Los jugadores del Celta, celebrando el gol decisivo contra el Barça | EFE