Este próximo verano se prevé clave tanto para canteranos como para cedidos en el Barça. Las pérdidas provocadas por la crisis del coronavirus obligará al club culé a cambiar por completo su estrategia en el mercado de fichajes. Y con muchos de los pesos pesados superando ya la treintena, tendrá que apostar por el cada vez más necesario y a la vez inevitable cambio de ciclo, sin prácticamente presupuesto.
El descenso de ingresos a causa de la pandemia del coronavirus ascenderá hasta los 150 millones de euros. Y pese a las medidas tomadas por el club azulgrana, como el ERTE a los trabajadores o la reducción salarial del 70% a los deportistas, estas podrían no ser suficientes para salvar los presupuestos de esta temporada. Al FC Barcelona se le acaba el tiempo para cuadrar las cuentas del actual ejercicio, que se cierran el próximo 30 de junio. Solamente una venta millonaria podría resolver la situación.
Abidal y Òscar Grau en una imagen de archivo / EFE
Cuando finalice el curso, la dirección técnica culé se encontrará en una situación totalmente atípica. La entidad azulgrana se adentará en un periodo de traspasos sin apenas presupuesto para grandes inversiones. La única manera de reforzar al equipo de cara al curso que viene será a través de trueques, o recuperando a los jugadores que están en préstamo esta temporada. Solo podría haber dinero para una gran inversión, que se dedicaría a la llegada del heredero de Luis Suárez, Lautaro Martínez.
Refuerzos de casa para la medular
En este contexto, cada vez cobra más fuerza la opción de que Carles Aleñá vuelva el curso que viene al Camp Nou, con la intención de ser un futbolista importante en el esquema de Quique Setién. Y más tras la revolución que tiene prevista el Barça en el centro del campo. Arthur está cada vez más cerca de marcharse a la Juventus, mientras que el club azulgrana intentará dar salida a Arturo Vidal y Rakitic, que acaban contrato en verano de 2021, para no dejarlos escapar gratis.
Aleñá, junto a Riqui Puig en un entrenamiento del Barça | FCB
Por tanto, la situación deja a la medular azulgrana con la necesidad de nuevos refuerzos, para dar descanso a Busquets, De Jong y al posible fichaje de Pjanic. Una tesitura donde Riqui Puig y Aleñá deberán dar un paso al frente y demostrar que merecen la oportunidad que llevan tantos años buscando.
Futuro incierto de Aleñá
Sin embargo, Aleñá primero tendrá que finalizar su cesión en el Betis, donde no acaba de convencer. Tiene ocho partidos por delante con el conjunto bético en Liga, para evidenciar que tiene las condiciones necesarias para ser una pieza importante en el Camp Nou. Algo que, de momento, no está consiguiendo.
El canterano fue un deseo expreso de Rubi, con el que ha jugado solo siete encuentros de titular, sobre todo como interior o mediapunta. No obstante, tras el despido del técnico catalán, su futuro en el equipo andaluz es una incógnita. No ha conseguido ganarse el puesto, y con la llegada de Trujillo, podría verse relegado al banquillo.
Fekir y Canales son intocables en el centro del campo del Betis. Mientras que Guardado también ha conseguido hacerse con un hueco fijo en el once. Mientras, Aleñá, que lleva dos partidos seguidos como suplente, no acaba de hacerse con un hueco. A esto hay que añadir que el nuevo entrenador del Betis cuenta con jugadores de la talla de Tello o Joaquín, en caso de optar por un equipo mucho más abierto y ataques a través de las bandas.
Un planteamiento que todavía perjudicaría más a Aleñá, y le dejaría prácticamente sin opciones de tener minutos. En este sentido, y pese a que en el Barça cuentan con él de cara al curso que viene. tampoco se descarta una nueva cesión, en caso de que esta temporada no le haya servido para crecer y madurar futbolísticamente. De estos ocho encuentros depende que pueda vestir la elástica azulgrana el curso que viene, y ser una pieza importante en el Barça de Setién.