El juego del Barça ya hace mucho tiempo que deja mucho que desear. Con Valverde empezó una decadencia que Setién parece no haber arreglado, más allá de alguna mejora en la salida de balón. De este modo, el equipo parece poco entrenado y se deja gran parte de la responsabilidad a la calidad individual de los jugadores.
En las cuatro jornadas tras el parón, los azulgranas no han tenido continuidad. Seguramente el mejor partido haya sido el de Mallorca, pero en los otros el juego equipo ha sido bastante aburrido. En defensa no ha podido controlar a los rivales y en ataque se ha atascado en las jugadas estáticas.
Falta de amplitud
Una de las grandes problemáticas más evidentes de este Barça es que el juego se canaliza por el centro. Uno de los datos que mejor lo ejemplariza es la distribución del ataque en el partido contra el Athletic Club. El 44,1% de ellos se realizaron por el medio. Por el contrario, en la banda izquierda se produjeron el 30,5% de los ataques y el 25,4% por la derecha. Esta circunstancia provoca que el juego del equipo se atasque cuando llega en fases ofensivas. Las defensas de los rivales se encierran y el Barça no encuentra espacios para acercarse a portería.
Los motivos se encuentran principalmente en las características de los delanteros. Luis Suárez ya ocupa el centro de forma inicial, mientras que Messi parte de la derecha hacia zonas centrales y Griezmann hace lo mismo desde la otra banda. La amplitud, por lo tanto, llega de la mano de los laterales, pero eso ocurre más como una situación puntual y no habitual.
Este debate, de hecho, ya se tuvo con el fichaje del francés. Antes de su incorporación se expuso como su perfil no encajaba del todo con las necesidades del Barça, ya que tenía tendencia a ocupar la zona de Messi.
Ansu Fati como desatascador
La necesidad de contar con Ansu se demuestra precisamente en este aspecto. El joven jugador es un claro ejemplo de extremo con desequilibrio capaz de llegar hasta línea de fondo, un perfil que el equipo no tiene. Asimismo, tener un peligro constante por la banda también fuerza a las defensas a tener que ensancharse y se acaben produciendo más espacios por el centro. Este hecho fue muy habitual con Henry y Pedro, o incluso David Villa, enganchados a la línea lateral para que Messi estuviera más libre por el carril central.
En el Barça actual, esta característica la da Ansu Fati, o Dembelé cuando está disponible. En los 25 minutos que jugó contra el Athletic, 14 de las 22 intervenciones que tuvo fueron en la banda izquierda. De este modo, habrá que ver si Setién le da más continuidad y con esta ayuda el equipo tiene más espacios para encontrar ocasiones de gol.