El juego del FC Barcelona genera muchas dudas. El equipo azulgrana ha ganado tres de los cuatro partidos tras el parón y empató el otro en el Sánchez Pizjuán, pero el nivel que ha ofrecido en los encuentros es más bien discreto. Tiene el balón y lleva el ritmo de los duelos, pero es incapaz de crear peligro de forma constante.
El Barça no marcha... y Leo Messi tampoco. Completó un gran partido frente al Mallorca en la reanudación, pero desde entonces no ha podido ofrecer un gran rendimiento. Sigue siendo de los mejores del equipo, si no el mejor, en cada encuentro, pero su nivel dista mucho del que ofrecía antes del parón.
No es el de siempre
Se ofrece y lo intenta. Ante el Athletic intentó por activa y por pasiva retomar la racha goleadora tras no haber mojado en el Sánchez Pizjuán. Tuvo dos grandes ocasiones cuando el FC Barcelona ya ganaba. Dos jugadas calcadas en su origen y final. El disparo del 10 desde la derecha del ataque se marchó rozando el palo en sendas ocasiones.
Leo Messi en una acción contra el Athletic Club / EFE
No se está viendo al mejor Messi. Por mucho que trate de desequilibrar, no lo logra como habitualmente o, si más no, le cuesta más de lo habitual. Sufre horrores para generar situaciones de desequilibrio y eso ha repercutido a la llegada del equipo, que apenas gozó de ocasiones de peligro ante Leganés, Sevilla y Athletic.
Además, da la sensación que pierde más balones de lo que en él suele ser habitual y se le acaba la imaginación en muchas acciones. De cara a puerta tampoco está del todo acertado. Contra el cuadro vasco, más allá de las dos ocasiones mencionadas, tampoco estuvo demasiado atinado en los lanzamientos de falta.
Falta ritmo
Parece que a Messi le está costando coger la forma tras el confinamiento. En algunas jugadas las piernas no le dan para realizar lo que la cabeza piensa. Le falta esa chispa que da la competición y que ha perdido tras dos meses encerrado en casa. Poco a poco debería ir recuperando su mejor versión.
Leo Messi e Ivan Rakitic celebrando el gol de croata al Athletic Club / EFE
El otro aspecto que puede afectar al 10 es el cansancio. Es el único jugador de campo del FC Barcelona que ha jugado los cuatro encuentros completos tras el confinamiento. Quizás lo que necesita es una rotación para recuperar fuerzas y volver al cien por cien. Pero el equipo azulgrana se juega tanto que es complicado encontrar un hueco en el calendario para darle un respiro.