Frenkie De Jong ha despertado todas las alarmas en el Barça en las últimas horas. En un principio, el centrocampista fue diagnosticado con una sobrecarga en el gemelo derecho. No obstante, con el paso de los días, estas molestias se transformaron en una lesión mucho más seria en el sóleo, que lo dejará fuera de los terrenos de juego durante prácticamente cuatro semanas.
Así, Quique Setién, que en un primer momento defendió que estos problemas no eran graves, perderá a uno de sus fijos en la medular, junto a Sergio Busquets. El ex del Ajax ha disputado 38 partidos este curso, de los cuales 27 han sido en la competición doméstica.
De Jong, en un entrenamiento | FCB
De Jong, en un entrenamiento | FCB
Sin embargo, esta polémica ha detonado una contrariedad mucho más grave en el conjunto azulgrana: el malestar del vestuario con los servicios médicos, con un De Jong que incluso habría amenazado de marcharse a Holanda para recuperarse, según avanzó Tv3.
Recaídas constantes
Los problemas físicos y de recaídas han sido constantes en el equipo culé durante esta temporada. Especialmente perjudicados han salido Jordi Alba, con tres lesiones en el muslo en un mismo curso; o Samuel Umtiti. A estos dos hay que sumar también a Ousmane Dembelé, que volvió al dique seco en la fase final de su anterior lesión en el muslo, o un Luis Suárez que decidió operarse para solucionar de una vez por todas sus molestias en la rodilla.
En este sentido, el sentimiento de la mayoría de jugadores del Barça es que han habido diagnósticos poco precisos, recuperaciones poco acertadas y recaídas cuando la lesión estaba a punto de desaparecer. Lo que está llevando a muchos futbolistas a incluso optar por recuperarse lejos de Barcelona, ante esta falta de confianza.
Messi se preocupa por Dembelé tras su última lesión en el bíceps femoral / EFE
Messi se preocupa por Dembelé tras su última lesión en el bíceps femoral / EFE
Precisamente, dos de los ejemplos recientes fueron los de Dembelé y Umtiti, que decidieron marcharse a Qatar para tratar sus lesiones, bajo el control de la selección francesa, en lugar de seguir las directrices del club culé. Nuevo incendio en Can Barça, para un Bartomeu que no gana para disgustos.