El FC Barcelona se juega media Liga en el Sánchez Pizjuán. El conjunto azulgrana visitará este viernes al Sevilla y tratará de ganar para mantener el liderato de la competición. Un tropiezo serviría la primera posición de la tabla en bandeja al Real Madrid, que el domingo se desplazará hasta San Sebastián para medirse a la Real Sociedad.

La principal amenaza para el club catalán en la capital andaluza será Lucas Ocampos. El extremo argentino se ha convertido en una de las grandes revelaciones de la competición. Es el principal referente del cuadro hispalense. La tercera plaza de los de Lopetegui en la tabla no se entiende sin su figura.

Desborde, regate y velocidad al servicio de un equipo que busca volver a Champions años después. Ha participado en 31 encuentros en los que ha marcado 13 goles y ha repartido cuatro asistencias. Ocampos siempre ha sido un extremo notable, pero no ha sido hasta esta temporada en Sevilla cuando ha terminado de explotar y se ha vuelto un futbolista verdaderamente diferencial.

Primeros pasos

El jugador nació el 11 de julio de 1994 en Quilmes, Argentina. Como tantos otros niños de su país, vivió una infancia humilde, sencilla y sin demasiados lujos. Empezó jugando a fútbol en la calle y se formó en el club de su ciudad, el Quilmes. Comenzó jugando de lateral, pero su vocación ofensiva empujó al técnico a adelantar su posición hasta reconvertirlo en delantero.

Ocampos celebra un gol de River Plate / EFE

Ocampos celebra un gol de River Plate / EFE

Sus grandes actuaciones con Quilmes le llevaron al sudamericano de selecciones sub-15. Argentina no destacó, pero Ocampos sí ofreció un buen rendimiento. Llamó la atención de los grandes del país y finalmente River Plate ganó la batalla a Boca Juniors y se hizo con sus servicios en el año 2009.

Aunque el descenso de River fue una tragedia para la entidad millonaria, a Ocampos le vino bien para hacerse un sitio en el primer equipo. Con solo 17 años se convirtió en una de las grandes promesas del fútbol argentino. Marcó siete goles en la Serie B y fue uno de los artífices del ascenso de River Primera solo un año después de bajar.

Europa

Su excelso rendimiento llamó la atención de los clubes europeos. En 2012, el Mónaco pagó 13 millones de euros al club argentino para cerrar el traspaso del entonces futbolista de 18 años. Por aquel entonces, el equipo monegasco estaba en segunda división. Contribuyó a su ascenso a la Ligue 1 con cuatro goles y tres asistencias. Las siguientes dos temporadas, en las que jugó en la máxima categoría, participó en 64 encuentros en los que marcó 10 tantos y repartió cinco pases de gol.

Lucas Ocampos celebra el gol contra el Betis / EFE

Lucas Ocampos celebra el gol contra el Betis / EFE

En 2015 pasó al Olympique de Marsella, con el que completó una primera campaña bastante discreta. Eso le llevó a acabar cedido en el Genoa y el Milán el siguiente curso. Tampoco logró brillar en Italia y en 2017 volvió a Francia. En su segunda etapa dio un paso adelante y se volvió imprescindible en el OM. Entre 2017 y 2019 jugó 93 partidos en los que anotó 21 goles y dio 12 asistencias.

Monchi le echó el ojo y logró su fichaje tras pagar 15 millones de euros. Era un jugador notable, pero nadie esperaba que explotara de la forma en que lo ha hecho en el Sánchez Pizjuán. Sus 13 tantos y cuatro asistencias son sus mejores cifras individuales en un curso y aún queda mucha tela que cortar. Ocampos será la principal amenaza al liderato del FC Barcelona este viernes.