Duelo de altura en el Sánchez Pizjuán. El FC Barcelona visitará al Sevilla para disputar uno de los partidos más complicados que le quedan hasta final de temporada. El equipo hispalense marcha tercero en la tabla de la Liga y ha hecho de su estadio un auténtico fortín. Solo Real Madrid y Villarreal han logrado vencer en el feudo sevillista.

A los de Setién no les queda otra que ganar para conservar el liderato en la tabla. El Madrid, segundo clasificado, ha encadenado dos victorias en las dos primeras jornadas postconfinamiento y se presenta como un aspirante serio a levantar la Liga. Una victoria en la capital andaluza presionaría a los blancos de cara a su duelo en Anoeta frente a la Real Sociedad.

Confianza

Aunque ganar en el Sánchez Pizjuán nunca es fácil, está claro que la falta de público evitará que el FC Barcelona tenga un recibimiento hostil. La afición del Sevilla es una de las que más presiona de la Liga y su ausencia hará que el choque de este viernes sea menos infernal de lo que acostumbra a ser.

Lucas Ocampos durante un partido con el Sevilla /REDES

Lucas Ocampos durante un partido con el Sevilla /REDES

El hecho de que no haya seguidores en las gradas puede actuar como arma de doble filo para el equipo catalán. Los de Setién corren el riesgo de confiarse pensando que jugar sin la afición del Sevilla puede beneficiarles. Y nada más lejos de la realidad. El cuadro de Lopetegui ya demostró ante el Betis que, con o sin público, sale a por todas desde el primer minuto.

Lo último que puede hacer el Barça es relajarse. Cualquier mínima desconexión puede ser castigada por los Ocampos, Munir, Suso y compañía. Mallorca Leganés ya han demostrado que el conjunto azulgrana sigue siendo vulnerable, y el ataque sevillista puede aprovechar esas debilidades mejor que Budimir, Guerrero Kubo.

Motivación

Además, hay que tener en cuenta que al FC Barcelona a veces le motiva jugar con la afición en contra. Le hace meterse más en el encuentro y los jugadores tratan de dar lo mejor de sí mismos. Aunque suene extraño, los culés se toman los ambientes hostiles más como un desafío que como una dificultad añadida.

Messi celebra su primer gol en el Sánchez Pizjuán el pasado curso / EFE

Messi celebra su primer gol en el Sánchez Pizjuán el pasado curso / EFE

Es algo que Gerard Piqué ha reconocido más de una vez, y se ha visto en las últimas visitas al Santiago Bernabéu o al RCDE Stadium. A Messi también le suele motivar jugar en escenarios hostiles. 

El Barça se juega media Liga en el Sánchez Pizjuán. Una victoria de los azulgranas en el feudo sevillista sería un golpe de efecto de cara a la lucha por el título. Serviría también de presión a un Real Madrid que el domingo deberá visitar a la Real Sociedad en Anoeta.