Gerard Piqué no terminó los 90 minutos este martes en el Barça-Leganés. Por fortuna, parece que los culés pueden respirar tranquilos. No se marchó lesionado, su sustitución fue una decisión técnica de Quique Setién con el objetivo de darle descanso. El próximo viernes toca un reto mucho más complicado: la visita al Sevilla en el Sánchez Pizjuán.
Sin embargo, uno de los aspectos que motivó la decisión de Setién fue la dura entrada que el central azulgrana recibió de Assalé. El delantero del Leganés, en un intento por robar el balón a Piqué, se le avalanzó encima sin mesura y le dejó clavados los tacos en la espinilla. El azulgrana se quedó tendido sobre el césped y tuvo que ser atendido.
La entrada de Assalé le abrió una fea brecha en la tibia que, según confirmó Setién en rueda de prensa, obligará a que le pongan puntos de sutura para su mejor curación. Sin embargo, y a pesar de la noticia, el técnico no se mostró excesivamente preocupado: "Vamos a ver cómo evoluciona pero esperemos que no revista ninguna gravedad".
En cualquier caso, Piqué pudo volver al terreno de juego y siguió jugando algunos minutos hasta que en el '73 fue reemplazado por Umtiti, que todavía no había jugado tras el confinamiento. El de Sarrià tuvo algo de descanso pensando en Sevilla pero se lleva un feo recuerdo que ni siquiera fue sancionado por el árbitro. La gravedad de la acción hace dudar sobre si era merecedora de tarjeta roja o, como mínimo, amarilla.