Una de las grandes noticias del Barça esta temporada ha sido sin duda la aparición de Ansu Fati. El joven delantero ha pasado en menos de un año de jugar en el juvenil a triunfar en el Camp Nou. En pocos meses, ha sido capaz de romper récords, hacer historia y ganarse a toda la hinchada azulgrana. Sin embargo, ahora se enfrenta a su reto más difícil: conseguir regularidad e importancia.
Pese a que llegó al equipo como un tiro, cogiendo incluso la responsabilidad cuando Messi y Suárez no estaban en el campo; la realidad es que su presencia se ha ido diluyendo con el paso de los encuentros. Y sobre todo tras el fichaje del conjunto azulgrana de Martin Braithwaite para la delantera. Aunque que Quique Setién llegó con la intención de apostar por la cantera, los hechos demuestran que, ante la llegada de los retos más exigentes, su decisión fue competir con un once mucho más pragmático.
Una actitud conservadora que afectó especialmente a Ansu, como reflejan sus números: antes de la llegada del danés, jugaba con Setién una media de 81 minutos por encuentro. En cambio, después del refuerzo de Braithwaite, pasó a jugar minutos testimoniales, y una media de 4 por partido. Y la situación no hará sino complicarse todavía más el curso que viene.
Las cuatro amenazas de Ansu
Son muchas las incógnitas que comporta el pensar en el papel de Ansu Fati la temporada que viene. En el club tiene claro que, para su correcta progresión, lo mejor es que no salga cedido. No obstante, tampoco tiene asegurada su plaza en el primer equipo. Y no se descarta que combine apariciones con el filial, en caso de que este consiga el ansiado ascenso a Segunda División.
El gran problema del atacante de Guinea-Bisáu será el overbooking en la primera plantilla en posiciones ofensivas. Con la vuelta de los cedidos, y los nuevos fichajes ya confirmados, el Barça contará con hasta ocho futbolistas de carácter atacante. Y la mayoría son de un perfil parecido a Ansu.
Coutinho y Dembelé celebran un gol con el Barça / EFE
Sus cuatro grandes amenazas son precisamente futbolistas habituados a jugar por las bandas. La primera de ellas es la recuperación de Ousmane Dembelé. El francés tiene la intención de llegar a la fase final de la Champions, en el mes de agosto. Sabe que está ante su última oportunidad de triunfar en el Camp Nou, y está trabajando muy duro para no desaprovecharla.
La segunda intimidación será Francisco Trincao. El portugués, nuevo fichaje del Barça el pasado mercado de invierno por 31 millones de euros, se incorporará a la disciplina culé en la pretemporada. Y lo hará con el cartel de ser una de las grandes promesas de Europa, y haber brillado con luz propia en el Sporting de Braga.
Por otra parte, y después de que el Bayern anunciase de forma oficial que no ejecutaría la opción de compra de Coutinho, el brasileño volverá al Camp Nou el próximo verano. La intención por parte de la directiva es encontrarle salida a toda costasalida a toda costa. Sin embargo, si finalmente acaba quedándose, Quique Setién ya le abrió las puertas y le dio la oportunidad de ser útil al equipo. Un hecho que también complicaría mucho más la participación de Ansu.
Ansu Fati en un partido del Barça / EFE
Y finalmente, está el fichaje de Lautaro Martínez. Aunque se trata de un delantero centro, y por tanto no comparte la misma posición que Ansu, sí es cierto que se trataría de un efectivo más en ataque. Y con más galones que el joven extremo. Por tanto, con Messi, Suárez, Griezmann y Dembelé por delante, junto al argentino del Inter, Ansu lo tendría prácticamente imposible para tener minutos.
La palabra de Messi
Sin embargo, sobre su futuro y el papel en el equipo el año que viene podría tener un papel determinante Leo Messi. Desde el primer momento, el argentino lo acogió bajo su ala. Igual que hizo Ronaldinho con él en su día, el capitán culé quiere verle crecer a su lado. Su sintonía es total dentro del campo. Y también fuera de él.
Ansu Fati celebra con Messi sus goles al Levante / EFE
Y es que hay que recordar que uno de los agentes de Ansu es el hermano de Messi, Rodrigo. Por tanto, desde todo el entorno del crack rosarino interesa que Ansu entre en dinámica de primer equipo, y empiece a ganar galones. Se trata de una de las grandes promesas a nivel mundial. Sus pasos deben seguirse muy de cerca para que no quede estancada su progresión. Porque lo tiene todo para triunfar en el Camp Nou durante los próximos años, y heredar el legado de Leo Messi. Eso sí, con paciencia.