El lateral derecho está siendo un auténtico dolor de cabeza para el Barça durante los últimos años. O mejor dicho, lo está siendo desde verano de 2016. Fecha en que se marchó el probablemente mejor lateral de la historia del club culé: Dani Alves.
El jugador brasileño se ganó a todos el barcelonismo con sus actuaciones dentro del terreno de juego, pero también por su sinceridad fuera de él. Transparente como pocos, dejó auténticas perlas donde atacó al Real Madrid, a los medios de comunicación e incluso a la propia directiva azulgrana.
En sus ocho años como culé, hizo la banda derecha suya y se convirtió en el gran socio de Leo Messi. Insaciable e incansable, su enorme recorrido lo convertían en decisivo en las dos áreas. Su recuerdo es ya imborrable, igual que los 23 títulos que levantó con el FC Barcelona, entre los que destacan tres Champions, seis Ligas o tres Mundialitos de Clubes. En total, sus números asustan: jugó 391 encuentros, en los que anotó 21 goles y repartió 100 asistencias.
Se marchó gratis, al incluir en su renovación una cláusula que le permitía decidir su destino. Muchos tildan esta decisión como una traición. La realidad es que ni este hecho ensucia un currículum legendario. Fue tan determinante su presencia en el Barça, que prácticamente cuatro años después, la entidad catalana sigue sin encontrarle un heredero de garantías, y que ni siquiera consiga acercarse a su nivel.
Las apuestas fallidas
Y eso que no son pocos los laterales que han pasado por el Camp Nou tras la marcha de Dani Alves, que siguió su carrera en la Juventus, el PSG y actualmente agota sus último toques de calidad en el Sao Paulo. En el primer verano sin el brasileño, se decidió no recurrir al mercado para sustituirle. Se apostó por un reconvertido Sergi Roberto, y un Aleix Vidal que no tardó ni dos temporadas en darse por vencido, y marcharse al Sevilla. También estaba el carioca Douglas, pero no convenció en ninguna de sus cesiones.
La siguiente temporada, sí se decidió reforzar la posición de lateral derecho con la incorporación de Nelson Semedo, procedente del Benfica. No obstante, el portugués tampoco ha acabado de convencer. Dispone de una titánica presencia física, pero protagoniza importantes errores a nivel técnico. Un hecho que incluso ha llevado al Barça a plantearse su salida este mismo verano.
Semedo, durante un partido con el Barça | EFE
Finalmente, está el caso de Moussa Wagué y Martin Montoya. Dos canteranos que consiguieron dar el salto al primer equipo, pero que tampoco fueron capaces de convertirse en imprescidibles y hacerse dueños de esa banda derecha.
El nuevo lateral del Barça
Todo esto ha provocado que, de cara al curso que viene, todavía sea una incógnita quién será el lateral derecho titular del Barça. Ante la previsible salida de Semedo, todo parece indicar que la posición estará compartida por Sergi Roberto y un nuevo fichaje.
Los nombres que han sonado con más fuerza hasta el momento son David Alaba, del Bayern de Munich, y en los últimos días son cada vez más las informaciones que apuntan que el club culé podría lanzarse por Sergiño Dest, del Ajax, y una de las grandes promesas europeas. Su precio es de 20 millones, una cantidad asumible. No obstante, hay que destacar que también es un movimiento arriesgado, ya que apenas cuenta con un año de experiencia en la élite.
Finalmente, la opción que tiene más sentido, y al que en su momento ya bautizaron como el nuevo Dani Alves es Emerson Loyal. Un jugador que ya es propiedad de los culés, que firmaron en verano del curso pasado por 12 millones de euros y estará cedido hasta 2021 en el Real Betis a cambio de seis kilos. Pagando una cláusula, podría aterrizar al Camp Nou. Es una de las revelaciones de la Liga y a sus 21 años tiene un futuro muy prometedor.
Emerson jugando con el Real Betis / EFE
No obstante, convertirse en el heredero de Dani Alves son palabras mayores. Muchos años de sacrificio y regularidad en una de las posiciones más exigentes del FC Barcelona. Posiblemente, nunca nadie llegue al nivel de brasileño. Pero solo con encontrar alguno que se le acercase, ya sería una pieza irrempazable en la plantilla.